Las tardecitas de primavera y verano en el rosedal, junto al lago, son siempre una fiesta de aire puro. Las disfrutan los porteños deportistas, los caminantes. Ayer hubo otros sonidos: tronó la voz de la mesa de enlace.
Las tardecitas de primavera y verano en el rosedal, junto al lago, son siempre una fiesta de aire puro. Las disfrutan los porteños deportistas, los caminantes. Ayer hubo otros sonidos: tronó la voz de la mesa de enlace.
Con un acto de dos horas y media, siete discursos más la actuación de un payador, y una trabajada película de presentación a modo de editorial de 20 minutos, las entidades patronales del campo evocaron las exitosas jornadas de 2008, se autocriticaron por haberse "dormido" en algunas etapas de 2009, y plantearon, a modo de exigencia, la agenda política futura a sus aliados y a la decena de diputados "del campo" que a partir de hoy ocupan una banca en el Congreso nacional.
Fue un acto muy trabajado, de impecable organización, con 60 baños químicos y personal de limpieza, 4 ambulancias, tres pantallas gigantes de alta definición, mil sillas en un sector de invitados VIP, una decena de camiones de transmisión en vivo de canales de televisión, y la movilización de centenares de militantes de todo el país. Concurrieron unas 8 mil personas, bastante menos de las 20 mil que aspiraba la mesa.
El gran relato —victimizándose por la presunta confiscación de las retenciones— que la mesa de enlace logró instalar en marzo de 2008 y sostener con éxito hasta debilitar al gobierno nacional y modificar las relaciones de fuerzas parlamentarias en junio pasado, volvió ayer a dominar los discursos en Palermo.
Un duro Hugo Biolcati, titular de la Sociedad Rural, acusó al gobierno "amar a la pobreza y no a los pobres, porque se sirve de ella". Y con tono apocalíptico preanunció que en la Argentina "no habrá pan —por falta de trigo— pero sí tenemos el circo que es el fútbol para todos". Como lo viene anunciando desde marzo de 2008, para la mesa de enlace "tendremos que importar carne, leche, trigo", un pronóstico hasta ahora no verificado.
Además de las reivindicaciones rurales, se distinguió ayer el pedido generalizado de casi todos los oradores por restaurar el Consejo de la Magistratura. Hasta los representantes religiosos, un católico, un evangélico y el infaltable rabino Sergio Bergman, pidieron por el Consejo de Magistratura. "Será para atenuar el daño que nos van a provocar en 2010 y 2011", explicó Biolcati, en referencia al gobierno nacional.
Campo y patria. El santafesino Eduardo Buzzi, anteúltimo orador, evocó los grandes actos de Palermo y del Monumento a la Bandera de Rosario, y volvió a elegir, como en aquellos actos, colocarse una camiseta de la selección de fútbol sobre sus hombros. El "amigazo" Buzzi replicó sobre una pieza retórica que le dio satisfacciones a la mesa del enlace: el campo es la patria.
Buzzi usó buena parte de su tiempo para rechazar los argumentos del gobierno sobre el encarecimiento de "la mesa de los argentinos", que tantas veces les endilgaron desde la Rosada.
Tal vez fue para avisar, recuperación pos crisis mundial y pos sequía mediante, que en 2010 volverá (nunca se fue, apenas se atenuó) la discusión por los precios de los alimentos.
El último orador, Mario Llambías (titular de Confederaciones Rurales) señaló que "la mentira, la corrupción y los atropellos le han ganado al diálogo, pero esto se acaba porque tendremos un Congreso más equilibrado".