El ministro del Interior nacional, Eduardo Wado de Pedro, recordó que el 20 de diciembre de 2001, durante la represión policial a las movilizaciones populares en Plaza de Mayo, fue detenido, torturado y amenazado de muerte, pero destacó que las intervenciones del fotógrafo Damián Neustadt y del médico Gustavo Barbeito fueron fundamentales para salvar su vida.
“Me esposan, me empiezan a pegar con palos, con bastones. Me sacan el DNI y me empiezan a insinuar cosas muy fuertes: me dicen que me van a matar”, repasó De Pedro, hijo de desaparecidos durante la última dictadura militar, sobre el maltrato que recibió ese día por parte de la Policía Federal.
El actual ministro, que en 2001 formaba parte de la organización Hijos y de la agrupación universitaria NBI de la Facultad de Derecho (Necesidades Básicas Insatisfechas), relató que tras ser detenido reconoció a un fotógrafo “porque era (colaborador) de Abuelas (de Plaza de Mayo)”, al que le gritó: “Soy Wado, soy de Hijos”.
https://twitter.com/wadodecorrido/status/1472366573159604234
Por su parte, Neustadt contó que en ese momento, al escuchar que estaba vinculado con la agrupación Hijos, los policías que lo habían detenido “empezaron a pegar y a picanear” a De Pedro y que eso lo llevó a avisar a la sede de Abuelas de Plaza de Mayo y a la Defensoría del Pueblo porteña, tras arriesgar su vida por fotografiar la escena.
Luego de un fallido intento de huida del actual ministro, el patrullero que lo transportaba chocó en el camino y De Pedro terminó en el Hospital Argerich, donde fue atendido por Barbeito.
“Este chico me contó que en el patrullero lo habían picaneado, que lo habían amenazado, que le dijeron que lo iban a matar”, recordó también el médico, que a pedido de De Pedro dio aviso al sindicato de los empleados judiciales nacionales (UEJN), donde trabajaba por entonces el titular de Interior, cuando tenía 25 años y estudiaba Derecho.
De Pedro destacó que la acción del médico le “salvó la vida” al darle “seis horas en observación”, tiempo en el cual estuvo “custodiado por la policía”, mientras “muchas organizaciones, compañeros y compañeras presentaron hábeas corpus” que le permitieron conseguir la orden de un juez para que lo liberaran.