La presidenta Cristina Kirchner reivindicó esta noche, junto al ex mandatario de Brasil Luis Inácio “Lula” Da Silva, las gestiones de gobierno de ambos países en materia educativa y social en los últimos diez años, al tiempo que coincidieron en criticar a los medios de comunicación que plantearon cuestionamientos a esos procesos.
Cristina Kirchner y Lula compartieron el acto de inauguración de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (Umet) creada por el sindicato de encargados de edificios Suterh que conduce Víctor Santamaría, y que funciona justo enfrente de la sede del sindicato donde se realizó la ceremonia que tuvo la presencia además de varios sindicalistas de la CGT oficialista y de ministros del gabinete.
El ex presidente brasileño arribó al país para participar de este acto, mientras que este viernes tiene previstas otras actividades en la Argentina como una visita al Senado y a la Universidad Nacional de La Plata, donde recibirá la distinción del honoris causa.
Los discursos de ambos dirigentes estuvieron marcados por las coincidencias en la reivindicación de las gestiones de Néstor Kirchner y del propio Lula y que continúan ahora Cristina Kirchner y Dilma Rousseff, además de los cuestionamientos a los medios de prensa críticos de esas administraciones.
“No dejen que los adversarios escriban la historia de lo que ustedes hicieron” para la Argentina, advirtió Lula, mirando a Cristina, en un mensaje que pareció tener como principal destinatario a la prensa.
Al tanto de la dura pugna que en la Argentina mantiene el gobierno kirchnerista con algunos medios críticos, Lula dedicó más de un pasaje de su exposición a apuntar contra la prensa que cuestiona a los gobiernos latinoamericanos de los últimos años, en unos tramos que despertaron las mayores ovaciones de la platea de funcionarios y militantes del oficialismo.
“Cuando terminé mi mandato, pensé que la prensa me dejaría tranquilo y no hablarían mal de mí. Hoy sigue hablando mal de mí y de Dilma Rousseff”, planteó Lula, quien agregó: “Parece que la prensa está exiliada dentro del mismo país. Cuando uno los critica dicen que los estamos atacando. Cuando ellos nos atacan, dicen que es democracia”.
Luego, Cristina mostró un libro que le regaló el dirigente brasileño sobre los logros del proceso que inició en ese país y que continúa con Rousseff y sostuvo: “Nosotros también estamos preparando un libro, de la década ganada. No le pondríamos Néstor y Cristina porque nos matarían con las editoriales. Vos fuiste mas valiente, le pusiste Lula y Dilma a tu libro”.
Y continuó: “La historia la estamos escribiendo nosotros. Pero por más que intentan distorsionarla... No sabés las cosas que dijeron de Eva y de Juan Domingo Perón, pero no pudieron”.
“Podrán tener diez mil titulares y zócalos, pero nunca podrán borrar las vivencias que los argentinos han tenido en esta década, eso es imborrable”, remató la mandataria frente a una ovación de dirigentes dentro del salón y de militantes que agitaron banderas en la vereda.
Cristina y Lula intercambiaron también datos y cifras sobre el crecimiento de las universidades en ambos países durante los últimos diez años y de la inclusión de los sectores más postergados mediante el acceso al estudio en esas casas de altos estudios.
A su vez, la presidenta destacó la tarea de los ex mandatarios Lula Da Silva y Néstor Kirchner para “derribar el mito de la adversidad” entre la Argentina y Brasil que aseguró “servía a intereses contrarios al desarrollo de ambos países”.
“Ese mito de la adversidad impedía que crezcamos juntos y servía a intereses contrarios al desarrollo de ambos países. No hay que ser muy inteligente para saber que siempre existen intereses para desunir lo que hemos unido firmemente”, sostuvo la mandataria.
Asistieron al acto el vicepresidente Amado Boudou; el jefe de gabinete, Juan Manuel Abal Medina; varios ministros; los jefes de las CGT y CTA oficialistas, Antonio Caló y Hugo Yasky; ademas d eotros dirigentes de ambas centrales como Omar Viviani (Taxis), Gerardo Martínez (UOCRA), Andrés Rodríguez, (UPCN), y Pedro Wasiejko (Neumático).
Tras el acto, Cristina y Lula salieron a saludar a los militantes que estaba en la calle y posteriormente compartieron una cena privada en la Casa Rosada, junto a un puñado de funcionarios argentinos como Carlos Zannini y Oscar Parrilli. (NA)