Cristina Fernández de Kirchner rechazó ayer enfáticamente la posibilidad de negociar con los fondos buitre que tienen bonos de la deuda argentina y remarcó que mientras sea presidenta "se podrán quedar con la Fragata Libertad, pero con la dignidad de este país no se va a quedar nadie".
La jefa del Estado se expresó de esta forma al encabezar un acto en Casa Rosada por cadena nacional, horas después de que el canciller Héctor Timerman presentara la queja por el caso ante autoridades de la ONU, sin cosechar grandes resultados.
"He visto en estos días a muy poquitos que defendían a fondos buitres que violando todas las reglas del derecho internacional embargan a nuestra Fragata en Africa, creyendo que van a presionar o extorsionar al país", resaltó la presidenta.
Y exclamó: "Mientras yo sea presidenta se podrán quedar con la fragata, pero con la libertad, con la dignidad de este país no se va a quedar nadie".
"El día que yo deje de ser presidenta ya no será mi responsabilidad y será responsabilidad de el que le toque y también del que los vote. Todos deben ser responsables si realmente queremos ser libres, dignos y soberanos", subrayó Cristina.
El discurso de la presidenta tuvo lugar horas después de que Timerman llevara ante distintos estamentos de las Naciones Unidas la queja argentina por la retención de la Fragata Libertad.
"Lo que hemos venido a solicitar aquí (en la ONU) es que se tenga conocimiento de esta actitud de Ghana que es claramente violatoria del derecho internacional. Nada más que eso. La Argentina entiende que las Naciones Unidas tienen que hacer cumplir el derecho internacional", resaltó Timerman al cabo de sus gestiones en Nueva York.
El canciller se reunió con el presidente del Consejo de Seguridad de la ONU, el embajador guatemalteco Gert Rosenthal, con el Secretario general de la OEA, Ban Ki-moon y con el presidente de la Asamblea General de Naciones Unidas, Vuk Jeremic, además de la secretaria general Asistente para Asuntos Legales, Patricia O Brien.
El más contundente respaldo a la posición argentina surgió de Jeremic, pero los otros dos diplomáticos fueron más cautos.
Buenos oficios. Si bien el jefe de la diplomacia argentina agradeció los "buenos oficios" del secretario general de la ONU para interceder en el conflicto, lo cierto es que el surcoreano Ban sólo expresó su esperanza de que ambos países alcancen una solución bilateral al conflicto, mientras que el respaldo más contundente a la posición argentina fue expresado por Jeremic.
"El secretario general tomó conocimiento de la preocupación del gobierno argentino por el bienestar de su tripulación y expresó la esperanza de que ambos gobiernos encuentren una solución sobre bases bilaterales, en acuerdo con la ley internacional incluyendo la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Mar, de la cual ambos país son parte", señaló un comunicado del portavoz de Ban.
Rosenthal, por su parte, dijo que no se pidió la intervención del máximo órgano de la ONU, ya que el incidente "no afecta la paz mundial".
Tras la ronda de encuentros, Timerman reiteró "la decisión del gobierno argentino es no negociar con los fondos buitres".
Piratas. En ese sentido, denunció al director de NML Capital, el estadounidense Paul Singer, a quien calificó de "pirata".
"No es Ghana el problema de la Argentina. El problema de la Argentina es el señor Paul Singer, que es el propietario del fondo que pidió el embargo", afirmó.
Y agregó: "Yo les puedo asegurar que la fragata Libertad va a ser liberada, tarde lo que tarde, pero la Argentina no va a negociar con los fondos buitres".
Timerman, además, anticipó que la Argentina va "a exigir" al G-20 que impida "que puedan avasallar la soberanía de un país", en alusión a la retención de La Fragata Libertad en Ghana.