La presidenta Cristina Fernández de Kirchner advirtió que a pesar de que Argentina reeligió a una mujer como jefa de Estado “la discriminación aún permanece” porque, sostuvo, las “críticas no son políticas, son críticas sexistas”. En la reunión sobre “Igualdad de Género y Empoderamiento de la Mujer” realizada ayer en la sede de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en Nueva York, la mandataria señaló que “soñar con igualdad de género en un país inequitativo, con grandes brechas sociales, es simplemente retórica o ilusión”.
La presidenta dijo que, “por eso, en Argentina hemos desarrollado un fuerte proceso de inclusión social que trajo aparejado la mayor oportunidad e igualdad para la mujer”, y citó “programas y políticas activas como la Asignación Universal por Hijo, la Asignación Universal por Embarazo, la promoción cada vez más intensa de la educación pública y gratuita”.
Esas iniciativas, manifestó, permitieron “paulatinamente junto a leyes de identidad de género de protección de la mujer, un fuerte descenso en la brecha de desiguladad”.
“Sin embargo, aún en las sociedades más desarrolladas sigue habiendo una desigualdad de género que es el acceso a los sistemas de decisión política de un país”, advirtió Cristina.
Cristina afirmó que “una mujer es presidenta reelecta de mi país pero, sin embargo, la discriminación aún permanece, porque por fuera de la discriminación política, económica y social, persiste en todas las sociedades una discriminación cultural hacia la mujer”.
“Es más, aún aquellas que ocupamos un alto grado en la primera magistratura del país muchas veces las críticas que sufrimos no son críticas políticas, sino que son críticas sexistas, porque aún ocupando las más altas magistraturas hacen diferencias”, expresó.
En ese sentido, se pronunció a favor de “romper fronteras culturales que han considerado a la mujer durante siglos un ser inferior o menos inteligente que los hombres”.
“Las políticas también deben estar destinadas a la cultura, a que precisamente empoderar a la mujer no sea solamente una cuestión de obligación por firmar convenciones o adherir tratados internacionales, sino que sea la profunda convicción en el corazón de los hombres, y aún de las propias mujeres que muchas veces nos discriminamos a nosotras mismas”, dijo.
La presidente hizo un “llamado a los corazones y mentes para derrumbar tabúes y prejuicios respecto de nosotras y que las críticas que recibamos sean exactamente del mismo tenor que reciben ustedes los hombres, que no tengan que ver con nuestro sexo, que no tengan que ver con nuestro género, ese es el gran llamado que queremos hacer”.
“Hemos alcanzado en la Argentina un alto grado de igualdad, la cual que debe extenderse también a los jóvenes y a todos los sectores de la sociedad, porque no sólo encontramos discriminación en las mujeres, la encontramos también en los ancianos, en los pobres”, aseguró.
Por último, Cristina Kirchner valoró la posibilidad de que el sucesor de Ban Ki-Moon como secretario general de la ONU sea una mujer, a fin de “dar muestra en Naciones Unidas de que también allí la discriminación ha terminado”.
De la reunión en la ONU, además de la mandataria argentina, asistieron otros 70 jefes de Estado mundiales, enviados de organismos multilaterales, entidades de la sociedad civil, del sector privado y representantes juveniles.