La presidenta Cristina Fernández de Kirchner advirtió ayer que cuando "algunos quieren volver a la barbarie tenemos que estar muy fuertes para que la palabra prime en nuestra sociedad", en medio de una sucesión de episodios de violencia ciudadana.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner advirtió ayer que cuando "algunos quieren volver a la barbarie tenemos que estar muy fuertes para que la palabra prime en nuestra sociedad", en medio de una sucesión de episodios de violencia ciudadana.
"Es curioso que muchas veces los que nos acusaron que con nuestro discurso generábamos actitudes reprochables hoy responden con golpes para solucionar problemas que no son de hoy, que serán de ayer, de hoy y de mañana", señaló al hablar desde Tecnópolis, en el marco de una permanente discusión acerca de la inseguridad.
La mandataria agregó que "en tiempos en que algunos quieren volver a la barbarie, tenemos que estar muy fuertes para que la palabra prime en nuestra sociedad" porque "las palabras pueden ser ácidas, pueden ser filosas, pero nunca pueden ser de odio y de violencia".
Resaltó entonces que lo que diferencia al humano del animal es "poder hablar, poder pensar, poder razonar", por lo que convocó a que "no perdamos esos rasgos tan distintivos de la humanidad, aun cuando tengamos que enfrentar dificultades o hechos que nos den rabia, bronca o indignación".
Al hablar por cadena nacional desde Tecnópolis para inaugurar el Encuentro Federal de la Palabra, y a horas del paro de actividades convocado por las centrales de Hugo Moyano y Luis Barrionuevo, la jefa del Estado aseguró que "todos tienen derecho a hacer huelga" (ver sección Economía).
La mandataria evitó también en este tema hacer una alusión expresa, y lo hizo al recordar una visita a la localidad de Santa Victoria, en Salta, donde fue recibida por las maestras tiempo atrás aunque había paro docente.
El mensaje presidencial, de apenas doce minutos, se centró en resaltar la importancia del Encuentro Federal de la Palabra y en las obras que previamente, y a través de teleconferencias, había inaugurado en distintas localidades.
En este marco, y tomándose del intendente de Berazategui, Patricio Mussi, que en una de esas comunicaciones había elogiado la gestión del gobierno nacional y reclamado "resaltar lo bueno", la mandataria admitió que "por supuesto hay problemas" pero exhortó a no dejarse "convencer de que todo está mal".
"Si todo estuviera mal y si todo es horrible, ¿qué son esos miles y miles de argentinos que yo veo acá en la Capital Federal cuando los fines de semana no hay lugar en ningún restaurante, cuando no hay lugar en ningún cine, en ningún teatro, en ninguna parte?", se preguntó la mandataria, al tiempo que exhortó a profundizar la "inclusión" para que más argentinos puedan acceder a "mejor educación, mejor salud".
Acompañaron a la jefa del Estado en el acto el vicepresidente, Amado Boudou; el ministro de Educación, Eduardo Sileoni, y el secretario de Cultura de la Nación, Jorge Coscia.
Durante el acto, la mandataria inauguró ocho aulas correspondientes a la segunda etapa del proyecto Aulas Norte, en el Complejo Universitario General José de San Martín, de la Universidad Nacional de Salta, obra financiada a través del Ministerio de Planificación Federal, con una inversión superior a 7,5 millones de pesos.
Un chiste que incomodó a los de La Cámpora
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner brindó una atípica cadena nacional para inaugurar el Encuentro Federal de la Palabra, desde Tecnópolis, que contó con un rapero, una coplera y un breve show de stand up, previo al discurso presidencial.
Guillermo Selci fue el joven comediante encargado del show de stand up, que divirtió a la presidenta. El hombre buscó rápidamente la complicidad de la mandataria, que se rió con sus primeros chistes.
“¿La puedo llamar Cristina?”, preguntó Selci. “Claro”, respondió la jefa del Estado. “Bueno, mañana la llamó”, remató el comediante y arrancó los primeros aplausos del público.
Luego, un chiste generó polémica con la militancia kirchnerista. “Tengo un amigo de La Cámpora al que antes le decíamos el Negro Ciruela, y ahora le decimos Blackberry”, contó el humorista.
Y la respuesta de los militantes oficialistas allí presentes no se hizo esperar: “Che gorila, che gorila, no te lo decimos más, si la tocan a Cristina qué quilombo se va a armar”.
“Me parece que te contestaron, no tienen sentido del humor”, agregó la presidenta de la Nación sin dejar de reír a carcajadas.