El ex capitán de la Armada y piloto naval Emir Sisul Hess fue detenido en San Carlos de Bariloche, donde vivía, por orden del juez federal Sergio Torres, quien investiga si participó de los llamados "vuelos de la muerte" en la última dictadura.
El ex capitán de la Armada y piloto naval Emir Sisul Hess fue detenido en San Carlos de Bariloche, donde vivía, por orden del juez federal Sergio Torres, quien investiga si participó de los llamados "vuelos de la muerte" en la última dictadura.
El arresto de Hess, de 60 años, se produjo el martes pasado en la ciudad turística de Río Negro, donde vivía hace años y encabezó emprendimientos hoteleros, mientras que un posterior allanamiento en su casa arrojó el secuestro de la documentación oficial que guardaba con su historial aéreo profesional. Hess fue trasladado a Buenos Aires para ser indagado por el juez Torres.
Nacido en Bahía Blanca en 1949, Hess integró en 1976 y 1977 la Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros, con asiento en la base aeronaval Comandante Espora, pero mencionada por el cabo Raúl Vilariño, que ya en 1984 denunció los vuelos, como una cobertura de represores de la Esma.
Hess también fue paracaidista; sus jefes eran el capitán de corbeta Néstor Santiago Barrios y el teniente de navío Miguel Angel Robles, pero en 1978 pasó a la Escuadrilla Aeronaval de Propósitos Generales, bajo el mando del capitán de corbeta Enrique Carlos Isola y del teniente Ernesto Proni Leston.
En 1991 pasó a retiro como capitán de corbeta, con 41 años, e incursionó en el rubro turístico como gerente del complejo Lago Espejo Resort SA, en Villa La Angostura, donde luego de un tiempo empezó a contar historias de la represión ilegal.
"Contaba en tono burlón cómo las personas pedían por favor y lloraban" antes de subir a los aviones, declaró José Luis Bernabei, que trabajaba en el complejo frente al lago, y agregó que "dijo que las arrojaban al río de la Plata y que él era piloto. Salían de Palomar o Morón, les ponían una bolsa en la cabeza, los subían a aviones y los trasladaban hasta que eran arrojados".
Hess habría calculado durante charlas sociales, en marzo de 1977, que "entre 1.500 y 3.000 personas han sido masacradas en secreto" y además extendió al Ejército y la Fuerza Aérea el método de "arrojar prisioneros al mar desde los transportes de la 1ª Brigada Aérea".
También identificó a uno de sus presuntos jefes, el brigadier Hipólito Mariani, quien resultó condenado a 25 años de prisión por crímenes en el centro de detención de la Fuerza Aérea "Mansión Seré".
"No, no sufrían. Los llevaban dopados y los tiraban al río. Eran tipos muy pesados. Esos boludos no sabían adónde iban a parar: al Tigre, al Riachuelo o al río Paraná. Iban cayendo como hormiguitas...", habría afirmado alguna vez Hess hablando en tercera persona.
Algunos testigos que lo conocían de Bariloche dijeron que el ex piloto naval solía contar "con orgullo" sus presuntas andanzas en la «guerra sucia» e incluso confiaron que "hablaba con bronca y resentimiento; era un tipo íntimamente trastornado".