Cuenca no volverá a ocupar su cargo en el gabinete provincial y será reemplazado en brevísimo
plazo en el marco de otras asunciones ya decididas por el gobernador Hermes Binner, quien ayer dijo
desear que su ministro de Seguridad no se viese obligado a emigrar del gobierno por razones de
salud casi, se diría, con el mismo ahínco con que dio a entender deseaba por esa hora de la mañana
que la nueva titular de la Corte Suprema de Justicia de la provincia fuera la rosarina María
Angélica Gastaldi.
Pero a las 21.30, desde la vereda de enfrente (el palacio de Tribunales en Santa Fe al igual que
la Casa Gris está mirando hacia la plaza principal) se anunciaba que el doctor Rafael Gutiérrez era
ungido nuevo presidente de la Corte Suprema por unanimidad. En rigor, resultó electo por cinco
votos dado (como se estila en el cuerpo) que él no se votó a sí mismo y lo hizo por su par Eduardo
Spuller.
Consejos. Los cambios en el Ejecutivo no terminan con la renuncia por escrito que ayer elevara
Cuenca, quien operado de la columna vertebral (por esa razón hace ya varias semanas está ausente)
decidió acatar el consejo de sus médicos acerca de la imposibilidad de sostener físicamente el
ritmo del ministerio y, simultáneamente, alcanzar una óptima recuperación.
El viceministro, secretario de Seguridad Pública, Carlos Iparraguirre, también comunicará en las
próximas horas idéntica decisión amparándose en la costumbre política de irse junto al superior con
el que llegó. No obstante, ayer, junto con la danza de nombres para suceder a ambos que se desató
(ver más abajo) un fuerte rumor de que Binner no dejaría que Iparraguirre se fuera del gobierno
(menos los radicales en el frente) con lo que el santafesino tendría asegurado otro despacho
oficial que hasta anoche era un misterio a menos que los convencieran a que se quede en tan
expuesta trinchera. Algo hasta ayer improbable.
El acuerdo del año. La ley orgánica del Poder Judicial ordena a los ministros de la Corte elegir
autoridades en el último acuerdo del año que se reúne cada 30 de noviembre. Por tal razón cuando no
existen nombres de consensos amplios instalados de antemano, lo que no acontece desde hace mucho,
los ministros inician el acuerdo en esa fecha y, mediante cuartos intermedios, van estirando el
plazo conforme se requiera para esmerilar la densidad del desacuerdo.
Ese supuesto se dio este año y con añadiduras de mucha monta. La Corte inició el acuerdo el
lunes y pasó a cuarto intermedio hasta anoche para dirimir, conforme las versiones, el empate de
votos entre Gastaldi y Gutiérrez con tres cada uno.
Ese escenario de final abierto es el que se perfilaba todavía en horas de la mañana cuando ayer
el gobernador habló con la prensa en la ciudad de Santa Fe y, en el marco tensa relación que el
Ejecutivo viene manteniendo con el Poder Judicial, le preguntaron por la posibilidad de que
Gutiérrez, primo político de ex gobernador Carlos Reutemann (algo que los socialistas se encargan
de enfatizar) volviese a conducir la Corte. Al responder, aludió con vaguedad al derecho que asiste
a la Corte a elegir sus autoridades.
Cara conocida. Como pudo y, con cierto éxito, Binner disimuló ayer a la mañana la salida de la
cúpula de conducción de una cartera crucial sobre la que oposición viniera haciendo blanco con sus
críticas en los últimos tiempos y para ello parece haber sido eficaz una alusión irónica a las
posibilidades de Gutiérrez: sonrisa plena y un “ya lo conocemos mucho” pronunciado
entredientes.
A pesar del propio Gutiérrez, su elección está signada por la pelea entre oficialismo y
oposición. Unos y otros ven en su nombre una reedición de la misma batalla. Los oficialistas lo
sindican como el exponente más opositor entre los ministros de la Corte y hacia él, aseguran,
estuvieron los dardos dirigidos por Binner cuando refirió a componendas entre el Poder Judicial y
los gobiernos justicialistas de Jorge Obeid y Carlos Reutemann.
Pero la alusión más destinada a Gutiérrez de las dichas por el jefe del Ejecutivo días pasados
parece ser la que refiere a que los ministros se niegan a la reforma judicial para no perder
privilegios del pasado, azuzan desde los despachos oficiales.
Sin conducción política ni legislativa unificada, los peronistas también esperaban con ansias la
reelección de Gutiérrez en la Corte. Aclaran que no alientan que el ministro viole la veda que lo
alcanza y haga política pero si que se erija en alguien con fuerza y poder para discutirle a los
socialistas. El perfil más polémico y confrontativo de Gutiérrez alentaba ayer a algunos peronistas
a imaginar días con algo mayor adrenalina para su partido. A Binner se le complica con el Senado en
contra y una Corte que podría dejar de ser contemplativa, teniendo la alcancía vacía,
evaluaron.
Refresco uruguayo. Tras su regreso de Uruguay, Binner bajó el tono de la pelea con la Corte que
él mismo había subido a un decibel no alcanzado antes. La inminencia del fin de año y el receso
estival (que alcanzará a los poderes del Estado) podría contribuir a que ello sea posible. Así como
la polémica con la Corte hizo desaparecer de las tapas de los diarios los paros docentes que
convirtieron al final del ciclo lectivo en una pesadilla para la ministra del área, Elida Rasino,
ayer confirmada en su puesto por el mandatario.
Por lo que los únicos reemplazos de importancia que deberá develar Binner serán los de sus
ministro y viceministro de Seguridad, Cuenca e Iparraguirre, a menos que, como indicaron algunos
rumores podría también revisar el funcionamiento de algunas jefaturas policiales.
Premisa. En ese caso la modificación dejaría de ser menor como ayer pretendió el mismo
gobernador dar a entender al afirmar que si (todavía en potencial) se veía obligado a reemplazar a
Cuenca, el nombre del sucesor saldría del propio equipo del ministro saliente. Con esa premisa puso
a Iparraguirre en primera línea, aunque ello fue luego desechado por fuentes confiables quedando en
la danza de nombres los secretarios de Seguridad Comunitaria, Enrique Font y de Asuntos
Penitenciarios, Leandro Corti, y el hombre de confianza del ministro Antonio Bonfatti y
subsecretario de Protección Civil, Marcos Scajadillo.
Si Binner cumple con nombrar el sucesor de Cuenca con los nombres del equipo del renunciado
ministro las versiones se tornan verosímiles. No trascendió cuándo lo hará, pero sí que podría
aprovechar para cubrir otras vacantes como las que dejarán los funcionarios que la semana venidera
asumirán como diputados nacionales o el que, por ejemplo, dejara libre María del Carmen Alarcón en
su éxodo al gobierno nacional.