La Asamblea Legislativa que ayer otorgó acuerdo al nuevo defensor del Pueblo de
la provincia y a cuatro de los cinco propuestos como nuevos directores del Ente Regulador de
Servicios Sanitarios (Enress) se ciñó a la siempre desconcertante lógica política: desbarató todas
las especulaciones previas con una alquimia inesperada en la que la Casa Gris embolsó ganancia neta
y el peronismo fue a pérdida pura. Peor aún, volvió a exponer como blanco móvil a su principal
referente sometiéndolo al desgaste de las especulaciones, polémicas y hasta de los sarcasmos, una
frutilla que los socialistas degustan con deleite.
El ex juez rosarino, Edgardo Bistoletti, se convirtió en el ombudsman
santafesino hasta octubre de 2014 con un trámite que asimiló el parto de los montes. La tormenta
que anunciaran los ruidos previos desatados desde que Hermes Binner hiciera público su nombre el 30
de diciembre de 2008, nada tuvo que ver con el rápido e indoloro trámite en el que ayer obtuviera
30 votos oficialistas a favor, 23 en contra. Hubo 11 abstenciones y cinco legisladores estuvieron
ausentes.
Siesta. A las primeras horas de la siesta capitalina, una de las más calurosas
que se recuerde en octubre, Bistoletti fue expuesto al pleno conjunto de diputados y senadores,
bajo la presidencia de la vicegobernadora, Griselda Tessio. El esperado y eventualmente furibundo
debate entre oficialistas y opositores; pero principalmente entre los primeros, no fue tal.
El oficialismo la sacó barata y el costo político fue mínimo por el favor que la
que la interna peronista le volvió a hacer al Frente Progresista. Sin desmerecer la habilidad de
socialistas, radicales y compañía para sopar en la heridas de sus opositores.
Tal situación se verificó no ya durante el debate previo a la votación de
Bistoletti sino a continuación en el momento de tratar los pliegos para cubrir las vacantes del
directorio del Enress, el que por los próximos cuatro años estará integrado por Juan José Giani
(kirchnerista y ex funcionario municipal de Rosario), Oscar Hugo Pintos (UCR), Héctor Domingo
Brachetta (PDP) y Alberto Daniel Muñoz (ex ARI). Afuera quedó el postulante del sector obrero,
Carlos Bermúdez (PJ), cuyo pliego no se aprobó ni se rechazó sino que no fue votado.
La insólita e inédita situación dada ayer en la que una Asamblea Legislativa
(que se compone con el concurso de los 50 diputados y los 19 senadores) no otorga ningún voto a un
postulado pese a contar con dictamen favorable de comisión —algo de lo que no se tiene
registro cercano en la historia legislativa— fue un corolario adecuado a un trámite que
comenzó con escándalo.
Reacción. Así se califica siempre a la reacción airada de uno o más legisladores
que manifiestan algún descontento retirándose intempestivamente del recinto. Eso hicieron ayer
cuatro de los cinco bloques en que el PJ está dividido en la Cámara de Diputados (Federal,
Compromiso por Santa Fe, Santa Fe Federal y Peronismo Santafesino) y la bancada de senadores
justicialistas. Los diputados del peronista Frente para la Victoria (kirchneristas) se quedaron y
dieron quórum, aunque se abstuvieron y no votaron a ninguno de los seis pliegos ayer puestos a
debate.
El jefe de este grupo, Luis Rubeo, se defendió de ataque posterior de sus
compañeros: "La responsabilidad de las designaciones es exclusiva del Ejecutivo. Por ello nuestra
abstención, por nuestros votos no fueron sancionados. Además, no teníamos argumento suficiente para
votar a favor ni en contra. Menos para entrar en una puja política entre reutemistas y los
socialistas. No nos convertimos en maquina de impedir, dimos quórum como corresponde".
Los reutemistas emitieron una declaración señalando que el quórum dado (sin el
cual no habría sido posible la sesión) es una muestra acabada "del pacto entre Binner y Kirchner y
la funcionalidad del kirchnerismo santafesino hacia el socialismo".
"Eso es como si yo dijera que Reutemann y Obeid son funcionales a la patria
sojera. Es igual. El peronismo es un movimiento nacional, no es una sumatoria de partidos
provinciales y algunos no deben olvidar que son los mariscales de la derrota del PJ en el 2007. Si
se hace lo que ellos dicen está todo bien y si no somos traidores. ¿Cual es le patrón de medidas de
su lealtad? ¿El que ellos usan en la Congreso votando todo en contra a la presidenta?", contraatacó
Rubeo.
Los que se fueron pretendieron que se postergue una semana los tratamientos de
los pliegos del Enress dado que la entrevista con los postulados recién se había hecho 24 horas
antes. Ante la negativa del oficialismo, se fueron diciendo que la asamblea quedaba "viciada de
nulidad".
Con la ausencia reutemista y la ya anticipada abstención kirchernista,
socialistas, radicales, demoprogresistas y demás socios votaron rápidamente a mano alzada los
primeros cuatro pliegos. A la hora del propuesto por el gremio sanitario, el de Carlos Bermúdez,
recordaron su origen peronista y señalaron que no quedó nadie de ese partido para votarlo.