El gobernador santafesino y ex candidato presidencial del Frente Amplio Progresista (FAP), Hermes Binner, quien quedó segundo en la elección presidencial del pasado domingo, avisó ayer al gobierno que los legisladores del FAP apoyarán la ley de presupuesto 2012 si pueden debatirla en detalle.
El líder del Frente Amplio Progresista destacó la intención de hacer "una oposición responsable", marcando aquello en "lo que no estemos de acuerdo" pero "con una actitud propositiva".
"En todas las cuestiones relativas a la vida nacional estaremos atentos para apoyar (al oficialismo) cuando sea necesario, y cuando surjan temas relacionados a las políticas públicas tendremos alternativas para diferenciarnos, ya que creemos que hay otra forma de construir la Argentina: no en blanco y negro sino en celeste y blanco", afirmó.
Con relación al tratamiento del presupuesto nacional 2012 que envió el Poder Ejecutivo al Congreso, Binner señaló que "no hay ley más importante" para una administración y consideró "una barbaridad" que el gobierno tenga que recurrir a una nueva prórroga si el Parlamento no lo sanciona, como ya ocurrió el año pasado con el presupuesto vigente.
Sin embargo, el gobernador socialista advirtió que "el presupuesto se puede aprobar siempre y cuando se pueda abrir para verlo" y el oficialismo no intente imponer su sanción a "libro cerrado", porque si así fuera "no va a contar con el apoyo del FAP", avisó.
Críticos. Uno de los diputados más críticos de la política económica en general y del proyecto de presupuesto en particular es Claudio Lozano, quien encabezó la lista de diputados nacionales del FAP en la ciudad de Buenos Aires.
El proyecto de presupuesto está en análisis de comisión en la Cámara de Diputados y todavía no hay fecha para tratarlo en el recinto, aunque la aspiración del kirchnerismo es lograr la media sanción antes de que termine el período ordinario de sesiones el 30 de noviembre.
Entre los supuestos macroeconómicos del proyecto presentado por el Poder Ejecutivo figuran un superávit financiero de 1.446 millones de pesos, un dólar promedio de 4,40 pesos, un crecimiento del PBI del 5,1 por ciento y una inflación del 9,2 por ciento.
También prevé una leve reducción del saldo comercial, la utilización de más de 10.400 millones de pesos de recursos previsionales para recursos corrientes y casi 9 mil millones de pesos en concepto de utilidades del Banco Central.
Asimismo, dispone un uso de reservas de libre disponibilidad para el pago de la deuda de hasta 5.674 millones de dólares.