Luego de la arrasadora victoria cosechada el domingo en los comicios, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner recibió ayer un pedido de reunión de su par estadounidense Barack Obama.
Luego de la arrasadora victoria cosechada el domingo en los comicios, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner recibió ayer un pedido de reunión de su par estadounidense Barack Obama.
El titular de la oficina de América latina en la Casa Blanca, Dan Restrepo, se comunicó ayer con la Cancillería argentina para solicitar un encuentro bilateral entre el presidente de Estados Unidos y la presidenta en la próxima reunión del G-20, según informó el Ministerio de Relaciones Exteriores.
El cónclave se desarrollará entre el jueves y el viernes de la semana próxima en Cannes, Francia.
Es el segundo contacto del gobierno norteamericano con el Ejecutivo argentino en esta semana. Con motivo del triunfo en los comicios, la gestión Obama trasmitió anteayer su voluntad de "trabajar productivamente" con la Argentina y felicitó a la mandataria.
Por su parte, el canciller Héctor Timerman "respondió a las autoridades estadounidenses que la jefa del Estado de nuestro país lo instruyó para que coordine los detalles del encuentro a realizarse entre el 3 y el 4 de noviembre en Cannes".
La primera mandataria había calificado como "muy buena y positiva" la reunión que había mantenido en abril de 2010 con Obama y reveló que durante ese cónclave "destacamos la necesidad de trabajar juntos en temas comunes", había informado el gobierno tras ese encuentro.
Vínculos. No obstante, el pedido despierta sorpresa, porque la relación con Estados Unidos no atravesaba un buen momento desde que Timerman, decidió incautar de una valija con material sensible de un avión militar estadounidense.
Si Néstor Kirchner tuvo un vínculo más que malo con George W. Bush, el de Cristina con Obama -que asumió en enero de 2009- no fue mejor . Estaba planteado exactamente al revés, pero los conflictos se interpusieron. En ese mismo diciembre de 2007 en que ella asumía, el Departamento de Justicia de EEUU hacía público el testimonio de un detenido en Miami que afirmaba que el venezolano Antonini Wilson intentó entrar dinero aquí para la campaña de Cristina. El oficialismo lo tildó de operación "basura" y escaló un gran conflicto que el Departamento de Estado buscó apaciguar.
Si bien nadie pudo reemplazar la capacidad de comprender la región y a la Argentina que tuvo el jefe de la diplomacia para América latina de Bush, Thomas Shannon, la llegada a Buenos Aires de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, en 2010, iluminó a las dos capitales. Hillary elogió la economía y aceptó tímidamente una mediación de EEUU por Malvinas, lo que crispó a los británicos.
Por Lucas Ameriso
Por Lucas Ameriso