Aníbal Fernández: "Sáquense de la cabeza que nos vamos a ir"

Con la experiencia que se ganó por trajinar con sus propios zapatos por los caminos de barro de la ribera pobrísima de Quilmes, para luego constituirse en un cuadro político e intelectual con dos títulos universitarios, abogado y contador, Aníbal Fernández, el jefe de Gabinete, sorteó sin demasiados esfuerzos la prueba a la que se sometió ayer en el Congreso de la Nación. Aníbal F expuso números con puros logros del gobierno durante unos 30 minutos y luego contestó preguntas durante dos horas.

En un clima bastante distendido, la oposición no lo puso en aprietos serios. Y cuando lo tocaron con preguntas difíciles eligió no contestar. O por muy técnicas ("eso debería preguntárselo al Ministro de Economía") o que implicaran decisiones políticas de nivel presidencial, como por qué el gobierno no impulsa una reforma tributaria (ver aparte) o niega la personería gremial a la CTA.

Fernández ratificó, sin embargo, la denuncia que había lanzado la propia presidenta anteayer al atribuir un sentido político global a ciertas protestas sociales callejeras que recrudecieron en los últimos días, sumadas a las denuncias contra el gobierno nacional que viene realizando la dirigente Elisa Carrió en distintas embajadas.

Por lo demás, Aníbal F agregó la intervención de Julio Cobos en el encuentro de la SIP como otro elemento con vocación destituyente. Pero advirtió: "Si alguien piensa este gobierno se va a ir antes de tiempo, que se lo saque de la cabeza".

Entre los diputados que más combatieron a Fernández se destacó, entre otros, Daniel Katz, del cobismo, que ofreció una "vacuna contra el clima destituyente", sugiriendo que el Congreso continúe sesionando luego del 10 de diciembre, cuando se produzca el recambio. Se sabe, la oposición de centroderecha alberga mucha expectativa para el próximo período, cuando pueda armar mayorías que por ahora no está en condiciones de constituir.

Uno de los momentos más ruidosos de la sesión con Aníbal F, en el mediodía de ayer, lo protagonizó el diputado mendocino Omar De Marchi. Al ataque, planteó un mini balance catastrófico de la gestión del gobierno nacional y responsabilizó al ministro de todos los supuestos desastres de la gestión de la Casa Rosada. "¿No pensó en renunciar?", le disparó. Y se escucharon los abucheos que partían del bloque oficialista. De Marchi es un dirigente de 43 años de un partido que fue aliado incondicional de la dictadura de Videla y compañía, entre el 76 y el 83, en Mendoza, el Partido Demócrata, luego reciclado a la democracia. Cuando su partido prestaba funcionarios al gobierno militar, De Marchi era un niño de 10 años.

Entre otros temas que incluyó en su exposición, Aníbal F cargó contra "los habladores, los agoreros" con datos sobre una cuestión siempre sensible a las pantallas televisivas, la inseguridad. "San Pablo tiene 24 crímenes cada cien mil habitantes, Miami, 15, Río de Janeiro 42, y Buenos Aires 3,9. Terminemos de hablar por hablar, miremos los datos con seriedad", le pidió el ministro a la oposición.