El presidente Alberto Fernández y su vice, Cristina Fernández de Kirchner, se volverán a mostrar en público el próximo 1º de marzo para dar inicio al año legislativo en el Congreso de la Nación, en medio de las tensiones internas por el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La última actividad pública que encabezaron Alberto Fernández y Kirchner fue el pasado 10 de diciembre, cuando realizaron un acto en la Plaza de Mayo para conmemorar los 38 años del retorno a la democracia y los dos años del comienzo de la gestión del Frente de Todos.
En esa oportunidad, el jefe del Estado y la vicepresidenta recibieron a los ex mandatarios de Brasil Luiz Inacio “Lula” da Silva y de Uruguay José “Pepe” Mujica, quienes visitaron la Argentina para participar de las celebraciones.
Lo cierto es que Alberto y Cristina volverán a compartir el estrado en la apertura de sesiones ordinarias, luego de la polémica que se generó en el interior de la coalición de gobierno tras la renuncia de Máximo Kirchner a la jefatura de bloque del Frente de Todos en Diputados.
A fines del pasado mes de enero, el diputado nacional volvió a tensar la relación con el gobierno al anunciar su renuncia bajo el argumento que se encontraba en desacuerdo con la negociación del Ejecutivo con el FMI.
Mediante una carta, Máximo Kirchner explicó los motivos de su renuncia: “Esta decisión nace de no compartir la estrategia utilizada y mucho menos los resultados obtenidos en la negociación con el FMI”.
Según se supo, Máximo llamó a Alberto Fernández antes de publicar el escrito, con el objetivo de adelantarle su decisión al jefe del Estado.
De esta manera, la coalición gobernante deberá hacer todo lo posible por superar las diferencias que se produjeron en el interior del Frente de Todos para focalizarse en el período de gestión que queda por delante. Esta situación se pondrá a prueba cuando el gobierno finalmente mande el acuerdo al Congreso para ser tratado y votado.
En el seno del Frente de Todos persisten las dudas sobre ese entendimiento y seguramente la bancada oficialista votará dividida, aunque todavía no se sabe cuántos legisladores recharán el acuerdo.