En la voz del jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, el gobierno sostuvo ayer que "no le preocupan" los cacerolazos registrados en varios puntos del país y subrayó que fueron protagonizados por "sectores minoritarios" a los que "les importa más lo que ocurre en Miami que en San Juan".
"Fue una marcha de los sectores minoritarios que históricamente, no de ahora, sino a lo largo de la historia argentina, se han opuesto una y otra vez a las políticas que este gobierno viene llevando adelante", enfatizó Abal Medina, ministro coordinador e integrante del núcleo más cercano a la presidenta. Un día después de las multitudinarias protestas, el funcionario evaluó que "el sector social que representaba" a los protagonistas de las movilizaciones es "homogéneo, se ha opuesto a las medidas de distribución social, de defensa del trabajo argentino, de la industria nacional y es un sector social que está muy lejos de las mayorías".
Mientras la presidenta Kirchner desarrollaba su actividad con total hermetismo en la residencia de Olivos, Abal Medina se convirtió en el primer funcionario del gabinete en sentar postura oficial sobre las protestas, las que —aseguró— no tuvieron "espontaneidad", tras advertir sobre la "incidencia" de algunos medios de comunicación. "En Palermo, Barrio Norte y Belgrano mucho no la votaron a la presidenta", indicó en alusión a las movilizaciones que en Buenos Aires arrancaron cerca de las 19 desde la zona norte y desembocaron en la Plaza de Mayo, donde miles de personas permanecieron hasta después de las 22.
Tomando distancia de otras voces más cautelosas dentro del oficialismo que llamaron a "escuchar" de los reclamos, Abal Medina advirtió que "a esta gente le importa más lo que ocurre en Miami que lo que ocurre en San Juan" y que "cualquier marcha de la izquierda junta esa cantidad de gente. El cacerolazo no es algo que ocupe ni preocupe a este gobierno". subrayó que no hubo una consigna "clara" sino "mucho insulto, mucho odio, mucha agresión" y que "no es casual que se haga al día siguiente de que la presidenta anunciara la suba de las asignaciones".
Con su duro discurso, Abel Medina quebró el mensaje de otros dirigentes oficialistas como el senador Aníbal Fernández y el diputado bonaerense Fernando Chino Navarro, además de un grupo de gobernadores, que habían expresado más temprano la necesidad de "tomar nota" de la manifestación. "El gobierno toma nota de cada una de las manifestaciones, sean un montón o 25 personas paradas en la puerta de un estamento del gobierno que expresen determinada queja", indicó Fernández, quien reconoció además que fue una "manifestación importante".
Quien coincidió con Abal Medina fue el titular de la Ansés, Diego Bossio, quien señaló que la protesta del jueves por la noche fue "la expresión limitada de un grupo minoritario, que no está a favor de las políticas a favor de la inclusión y la redistribución del ingreso para los sectores menos favorecidos". "Muchos de ellos no pueden ver más allá de su egoísmo personal", sostuvo Bossio en un comunicado, en el que llamó a los argentinos a "defender la democracia", al tiempo que propuso: "Si quieren, que se organicen democráticamente en un partido político y se presenten a elecciones".
Gobernadores admiten un llamado de atención
Gobernadores alineados al kirchnerismo coincidieron en que los cacerolazos contra la Casa Rosada fueron “un llamado de atención” y plantearon la necesidad de “escuchar los reclamos”.
El gobernador bonaerense, Daniel Scioli, sostuvo que en las protestas se “pudo expresar gran parte de la clase media” y señaló que se debe “trabajar para cumplir expectativas” con respecto a aquellos que “se organizan para reclamar. Con mucho respeto, humildad, seriedad, hay que escuchar y seguir trabajando para cumplir la expectativa de todos aquellos que de una manera u otra plantean distintos tipos de reclamos”.
En tono similar se expresó el gobernador de Mendoza, Francisco Paco Pérez, quien consideró que los cacerolazos fueron “un llamado de atención importante” y los interpretó además como “un cuestionamiento hacia toda la dirigencia política”. Su par de Tucumán, José Alperovich, señaló que “es sano que la gente se exprese” y pidió “no tenerles miedo a las expresiones porque son parte de la democracia”. En igual sentido se expresaron ayer los mandatarios de Mendoza, San Juan y Entre Ríos.