—Que hay dos recetas para cambiar esa situación: si, como quiere el taxista, gana Macri, se va a encontrar de un día para el otro con una megadevaluación y todos los productos que compra le costarán un 50% más; combustible arriba de 20 pesos, que va a tener menos pasajeros que ahora, que va a recaudar menos, y que en el mejor de los casos podría comprar dólares a 16 pesos. El problema será que todo peso que junte lo usará para comer y no le quedará excedente para comprar ni un dólar. En cambio, si vota a Daniel, vamos a un escenario de salida progresiva de la restricción de dólares, que es real, pero que tenemos el programa para salir. La salida progresiva significa que le vamos a garantizar al taxista que la plata que tiene en el bolsillo le sirva para continuar comprando los mismos productos, le garantizamos que siga teniendo pasajeros y le garantizamos que a medida que fortalezcamos las reservas iremos achicando la brecha en el precio del dólar y esa tensión se irá diluyendo.
—Cuando el PRO vota en contra (sucedió en el Senado, hace 10 días) de garantizar la gratuidad de la Universidad pública, nosotros vemos que eso hace ruido en los jóvenes. Para Macri sobran Universidades públicas, estuvieron en contra de las 16 que se crearon en los últimos 12 años. Están en contra de que el presupuesto universitario nacional haya pasado (2003) de 2 mil millones a los 45 mil en la actualidad. Y con esto no quiero negar que tenemos un problema con la calidad educativa, que tenemos que mejorar, que tenemos que atender; pero que en un ningún caso lo vamos a resolver achicando la Universidad.
—A Scioli se lo quiere invalidar afirmando que “lo van a manejar”. ¿Qué le diría a quienes dicen eso?
—Que decían lo mismo en 2007, con Alberto Balestrini, y luego con Gabriel Mariotto, su vicegobernador. Y resulta que Gabriel se convirtió en uno de los jefes de campaña. A partir del 10 de diciembre el presidente será Daniel Scioli. El Sillón de Rivadavia es para uno solo, no tiene lugar para dos. El actual gobierno se termina y empieza otro, con las características que determine Scioli.
—El 25 de octubre el FpV no sacó los votos que esperaba. ¿Qué análisis hace?
—Que un tercio del electorado votó un cambio total, 34%. Un 37% votó continuidad, y otro 29% votó continuidad con cambio. ¿Quién está más cerca del ese 29%; de los jubilados, de la recuperación de los fondos de pensión, del 82% móvil, de los empleados, de las economías regionales?, ¿el que quiere cambiar 180 grados o nosotros?, esa es la discusión. Se votó por un cambio (63%) no hay dudas; pero ¿qué tipo de cambio?, esa es la pregunta del millón. Nosotros decimos, ¿quién está más cerca del empleo y del trabajo argentino?, ¿el que te anuncia que te abre la economía, que favorece la importación, te achica el aparato productivo y reduce los puestos de trabajo? Nosotros decimos no, pará: mantengamos el manejo del tipo de cambio con medidas fiscales incentivar la producción nacional y quitemos el impuesto a las ganancias a los que ganan menos de 30 mil pesos.
—De todos modos, irrumpió un 34% que votó un cambio radical, aun sin conocer precisiones de los planes económicos del macrismo.
—Esa posición es difícil de revertir. Veo que en provincia de Buenos Aires Macri tuvo el doble de corte que Aníbal, y que la gente armó un tablero con María Eugenia Vidal pero con Daniel ganando la presidencial, veo que la gente acomoda, hace sus equilibrios...
—Una tradición argentina dice que los presidentes generan confianza cuando son fuertes, dan idea de gobernabilidad. Scioli se presenta con características diferenciadas de Cristina, propiciando el diálogo, ¿no corre el riesgo de ser interpretado como una figura débil?
—Cristina y Néstor usaron la confrontación como método de construcción política, eso sirvió para una etapa: había que recomponer la institución presidencial. Néstor confrontó y consiguió construir poder, después de Perón el que más poder logró construir. Ahora tenemos otra demanda, viene otra etapa, otro tipo de construcción. Diálogo, unidad...
—Se viene el debate (hoy a las 21) ¿Scioli pondrá el eje en desnudar las inconsistencias de Macri, buscará reforzar lo propio o dar algún golpe sorpresivo?
—Lo primero, trataremos que a Macri se le vaya el complejo de Edipo que tiene con Cristina; está obsesionado, le habla todos los días. Yo le voy a recomendar que se compre una estatua de la presidenta, la coloque en su casa y le hable. Nosotros tomaremos el debate para hablar de la realidad, eso que ellos llaman campaña del miedo. Si Macri nos dice “el dólar lo va a determinar el mercado”, es obvio que quieren llevar el dólar oficial arriba de 15 pesos. Es cantado. Por eso la harina (y otros productos) hoy ya escasean y aumentan brutalmente sus precios. Cuando al productor de harina le dicen que el dólar aumentará el 60% en menos de un mes, el tipo se guarda la harina para venderla después, más cara. No hay misterio con eso. Este es el programa económico de Cambiemos: la especulación, el escolazo.
—¿La brecha de 9,8 (dólar oficial) a 15 pesos o más (blue) puede sostenerse en el tiempo?; las reservas del Banco Central no parecen suficientes para desarmar la tensión sobre la demanda de dólares.
—Daniel dice, sacamos retenciones en las economías regionales (también trigo, maíz) y bajar las retenciones a la soja a un rango de entre 25 y 29%. Daniel llegará a un acuerdo con el campo para que liberen esos 12 a 14 mil millones (de dólares) que tienen sin vender. Hay acuerdos con Brasil y con China para recomponer reservas, y también una ley para repatriar dólares. Con todo eso estamos sumando unos 20 mil millones de dólares a las reservas para marzo.
—Pero de todos modos no quedaría cerrada totalmente la brecha entre el oficial y el paralelo...
—Será gradual, la tensión sobre la brecha se va a ir apagando. Todo nuestro equipo económico coincide en una cosa: la Argentina no necesita hacer ninguna devaluación.
—¿Un sector grande de la sociedad argentina “compró” la propuesta de devaluación del PRO, cómo se entiende eso?
—Son los grandes grupos concentrados del poder que imponen la idea. El economista de Macri, el principal (Alfonso Prat Gay) viene de la JP Morgan; el de la línea aérea, es el presidente de LAN, el secretario de Agricultura es el gerente de Monsanto. Es como cuando Menen le dio todo a Bunge y Born. El modelo de Macri es el mismo de Menem. Nosotros tenemos que decir estas cosas, no es campaña del miedo, es la verdad: si votaron en contra de la estatización de Aerolíneas, si votaron en contra de los fines de semana largo y resulta que Mar del Plata pasó de 6 millones de turistas a 12 millones, ¿qué quieren, que no lo digamos? Si votaron en contra de la fertilización asistida, si vetaron (en la ciudad de Buenos Aires) la fabricación de medicamentos nacionales, ¿qué quieren, que no lo digamos?
—¿Qué concepción sobre el rol del Estado plantea Scioli?
—Macri tiene una concepción siempre inclinada a favor del mercado. Nosotros estamos convencidos de que la inmensa mayoría de los argentinos quiere la presencia del Estado, que tiene que ser moderno y ágil, y no tiene que convertirse en contrapeso para el sector privado. En la actualidad, en muchas áreas, tenemos un sector público que dificulta la actividad económica, sobre todo a partir de la escasez de dólares. Tenemos problemas para facilitar importaciones, tenemos en el sector del campo los ROE y otros mecanismos que dificultan. Eso va a cambiar e iremos hacia una economía normalizada.
—Después del 25 octubre Scioli se vio obligado a cambiar de estrategia. ¿Qué cambió?
—Varias medidas fundamentales: 82 por ciento móvil para los jubilados, lucha contra el narcotráfico (en ocho años, Daniel incautó 11,5 toneladas de cocaína, 112 toneladas de marihuana, 668 mil dosis de éxtasis, y entre otros, se desarticularon 141 laboratorios de drogas), Sergio Berni capturó a los 3 narcotraficantes más importantes, puso presos a los jefes de las policías de Santa Fe y de Córdoba (vinculados al narco). Por todo esto, ¿quién está en mejores condiciones para luchar contra los narcos? ¿Scioli o Macri?, ¿con qué equipos?
—Macri ahora plantea que el tema económico no es lo más importante...
—Macri escondió a los economistas; si dicen qué va a hacer, no lo votan. Y escondió a la compañera de fórmula Gabriela Michetti, que ni aparece en los spots.