Es innegable que una de las partes más empobrecidas del barrio República de la Sexta, la más cercana a la Ciudad Universitaria conocida como La Siberia, se está transformando ediliciamente hablando. Pero la zona continúa dominada por la cultura de la transa y la violencia callejera. Este viernes a las 21, la hora de los noticieros en la tele, Víctor Hugo Cardozo, de 24 años, fue ejecutado a balazos en la boca del pasillo en el que vivía con su familia en inmediaciones de Ituzaingó entre Berutti y Convención, a escasos 400 metros del Centro Universitario Rosario. Los vecinos dicen haber escuchado cuatro detonaciones y cuando salieron a ver qué había sucedido Cardozo agonizaba sobre el cemento del pasillo. Su hermana lo cargó en un auto particular, pero cuando llegó al hospital Provincial el pibe estaba muerto. La víctima era padre de una nena pequeña. Sus parientes afirmaron que trabajaba como albañil, que no tenía antecedentes ni problemas con nadie.
Desde mediados de 2017, cuando los móviles de las fuerzas federales invadieron la parte más pobre de República de la Sexta buscando desmontar las bandas en pugna que asolaban a sangre y fuego las calles en las inmediaciones de La Siberia, el barrio se empezó a ver mejor. Pero los vecinos tienen otra mirada. A pesar que desde el Estado provincial se promueve la construcción de 300 nuevas viviendas en tres sectores determinados, uno de ellos en Berutti e Ituzaingó, la zona mantiene una doble vida. Un barrio en transformación, de Berutti al oeste, remozado a la vista; y otro en descomposición, de Berutti hacia al río y de Ituzaingó hacia el Parque Urquiza. En ese último sector se siguen expuestos los viejos vicios que hicieron del sector República de La Sexta y La Siberia un territorio en rojo en el mapa de calor del peligro callejero en la ciudad.
“Este barrio sigue siendo un desastre. Peligroso, muy peligroso. Mucha gente vendiendo droga y, desde hace dos meses, todo se puso más terrible, más violento. Sabemos que esto no es el cruce de peatonales, pero está peligroso en serio”, indicó una residente. A media mañana de este sábado, cuando el equipo periodístico de este diario buscaba el pasillo en el que habían asesinado a Cardozo, a unos pocos metros un muchacho de campera verde y blanca cruzó por delante del cronista y como si este no existiera abrió la puerta de su auto y dejó el fierro debajo del asiento. Todo en total normalidad.
Los miserables
En mayo de 2017 y en el mismo mes de 2018 los confines de La Siberia, el Centro Universitario y La República de la Sexta fueron invadidos por las fuerzas federales, fundamentalmente de Policía Federal. Iban tras los pasos de los principales referentes de las bandas que mantenían por aquellos días en vilo a la zona sur de la ciudad: las huestes de René “El Brujo” Ungaro, aliado en aquel momento a los hermanos Funes, que mantenían una encarnizada batalla contra la banda de Alexis Caminos en alianza con el posteriormente asesinado Ariel “Tuby” Segovia. Una guerra que en poco más de dos años superó la treintena de asesinados. Las dos intervenciones federales en la zona fueron bautizadas con el nombre de “Los Miserables”, como la novela del poeta y escritor francés Víctor Hugo publicada en 1862.
Los Miserables fue uno de los caballitos de batalla en la región de la por entones ministra de Seguridad de la nación Patricia Bullrich y su secretario de Seguridad, Eugenio Burzaco. Esos operativos terminaron en las detenciones de Daniela Ungaro, ex pareja del asesinado Luis Medina; Carlos "Pelo Duro" Fernández; Brisa Amaral (sobreviviente del asesinato de Jonatan "Bam Bam" Funes en febrero de 2018); Lautaro "Lamparita" Funes y comprometiendo a “El Brujo” Ungaro, quien ya purgaba condena como uno de los asesinos de Roberto “Pimpi” Caminos en marzo de 2010. Desde hace un mes “El Brujo” y Alan Funes, hermano de “Lamparita” y de “Bam Bam” están siendo sometidos a juicio oral y público acusados de comandar e integrar una asociación ilícita dedicada a asegurar el territorio para la venta de drogas y otros delitos.
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A simple vista las calles de La Siberia y La República de la Sexta siguen manteniendo su fisonomía y viejas dinámicas. Juntada de pibes, y no tanto, reunidos en las esquinas tomando un vino en cajita con la actitud de estar a la expectativa, esperando siempre la oportunidad. A media mañana de este sábado, al caminar por Ituzaingó entre Berutti y Convencíon, la voz de Leonardo Favio inundaba el sonido mundano con nostalgia peronista. Tres vecinas que tomaban mates en la vereda escuchaban “Yo no puedo olvidarla”. A esa altura la calle es de tierra. Y la transformación edilicia va quedando cada vez más alejada del pasillo en el que vivía Víctor Hugo Cardozo. A medida que el extraño se aproxima a la boca del pasillo, al lugar donde fue asesinado Cardozo, los testimonios se van acotando hasta transformarse en señas. Todo parte de una misma escena a metros de la barranca que cae sobre la avenida Belgrano y del polo universitario más importante de la región.
Según se pudo establecer Cardozo estaba alrededor de las 21 en la boca del pasillo en la que residía, a unos 50 metros de ese punto. A la hora señalada Ituzaingó entre Berutti y Convención sólo esta iluminada por las luces de las viviendas de la cuadra. Los vecinos aseguran haber escuchado cuatro detonaciones. Ese sonido alertó a la hermana de Cardozo, quien corrió por el pasillo los 50 pasos que la distanciaban y se topó con el cuerpo de su hermano agonizante. ¿Quién disparó?¿Cuántos eran?¿En qué se movilizaban? Todas preguntas que quedaron en el tintero.
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“Ya está. No sirve de nada hablar. Ya me lo mataron”, dijo la muchacha con los ojos hinchados de tanto llorar. “Mi hermano estaba trabajando de albañil. No tenia antecedentes ni problemas con nadie. No queremos hablar porque en realidad no sabemos nada más que lo mataron”; dijo la joven que fue quien lo trasladó hasta el hospital Provincial, donde llegó muerto. El silencio familiar abrió la puerta de las versiones de vecinos que indicaron que en la zona en la que fue asesinado Cardozo se vende droga, sin apuntar con el dedo a la víctima. En la escena fueron recolectadas tres vainas servidas.
También confiaron que ya de madrugada en la cuadra se desató una batahola en la que efectivos policiales debieron dispersar a los balazos. Para ese momento el cuerpo de Cardozo descansaba sobre el frío metal de la mesa de autopsia del Instituto Medico Legal. La investigación del homicidio quedó en manos del fiscal Patricio Saldutti, quien comisionó a efectivos de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) para que trabajaran recabando testimonios. En la zona a simple vista no se visualizan cámaras de video vigilancia.
Cuatro meses atrás, el 27 de enero, este diario publicó una extensa nota (“Tres barrios de zona sur en el foco de una nueva escalada de violencia”) en la que se exponía, tras dialogar con vecinos de los monoblocks del Parque del Mercado, Lola Mora y Abanderado Grandoli (vecinal Las Heras) y la zona de "La U" o el corredor Ayacucho en Tablaba que sus barriadas comenzaban a sufrir otra escalada narco. “René Ungaro (preso en Piñero) se quiere quedar con todo este mercado de drogas y por eso manda a tirar a sus muchachos”, explicó un residente de Tablada, citado en la nota en cuestión. Esa teoría no les pareció descabellada a algunos de los vecinos consultados en los confines de La Siberia/República de La Sexta.