“Mejor que se vayan de la casa urgente o los vamos a matar a todos. Con la mafia no se jode!” Doce horas después de una demencial balacera en la que un hombre de 47 años y un nene de 10 resultaron baleados en la esquina de Lavalleja y 1º de mayo, a 30 metros de la casa natal de Lionel Messi en el barrio La Bajada, esa misiva fue encontrada en la casa del adulto herido. “Fue demencial lo que hicieron. Esto pudo ser una carnicería. Detuvieron la marcha en la bocacalle y dispararon al bulto, al medio de donde los pibitos estaban jugando a la pelota. Eran pibitos de entre 6 y 10 años. Gatillaron un cargador de 16 balas”, explicó un vecino del lugar.
Los familiares del hombre herido, que recibió impactos en el hombro y la mandíbula, dijeron desconocer la motivación del ataque y la advertencia. Fue internando Hospital de Emergencias. En tanto el nene recibió una herida en la pantorrila y fue atendido en el hospital de Niños Víctor J. Vilela. En la escena se recolectaron 13 vainas servidas.
Desde que Lio Messi saltó a la fama mundial, la esquina de cortada Lavalleja y 1º de Mayo no es un punto más. Es la esquina de la casa de Messi. Lavalleja es un pasaje de una cuadra y media que opera como prolongación de Estado de Israel entre el 500 y el 450. A partir de este último punto, donde la cortada se hace un callejón sin salida, Lavalleja y Estado de Israel se conectan por un breve pasillo de unos tres metros. El espíritu de calle cerrada hace de Lavalleja al 400 un lugar ideal para jugar fútbol callejero.
Todo ese sector de La Bajada está adornado por 32 murales inspirados en la vida del 10. Cada columna, alcantarilla o tapialito está pintado de celeste y blanco y en el centro el número 10. Un viejo barrio de ferroviarios que debe su nombre a la desaparecida estación de trenes que supo estar enclavada en la esquina de Uriburu y Ayacucho.
El jueves alrededor de las 19, una decena de pibes jugaban a la vista de vecinos sentados en la vereda buscando el aire fresco. Uno de esos residentes era Mauricio A., de 47, y su hijo Leonardo, quien estaba con su beba y amigos de la cuadra.
Fue terrible
“Yo justo estaba con mi beba en el cochecito y con mis amigos dijimos de tomar una gaseosa. Busqué el envase y me fui con mi nena a un quiosco que está sobre Estado de Israel (al 400). Cuando pasé el pasillito escuche los balazos. Fue terrible. Cuando se calmó corrí para mi casa y me topé con mi papá que tenía dos balazos, uno de ellos en la mandíbula. Fue una locura y pudo ser peor”, dijo el hijo de la víctima.
Otros vecinos contaron que un Ford Escort gris o negro pasó al menos una vez por el lugar donde jugaban los nenes. Circuló por Ingeniero Huergo (paralela a 1º de Mayo), dobló en Ibáñez, tomó por la calle Día del Trabajador y al llegar a la bocacalle con Lavalleja el conductor aminoró la marcha y su acompañante comenzó a disparar al bulto, hacia el callejón si salida.
Fueron entre 15 y 16 detonaciones. Uno de los proyectiles hirió a Agustín, un nene de 10 años que reside a 50 metros de la esquina. Una de sus tías lo cargó en un vehículo y lo llevó al Hospital Roque Sáenz Peña y de ahí al Vilela.
A Mauricio A. un balazo le perforó la mandíbula y otro lo impactó en el hombro izquierdo con orificio de salida en la axila. Su familia lo trasladó al Roque Sáenz Peña, de donde fue derivado al Heca.
Ayer a media mañana, cuando su familia regresó a su casa desde el hospital encontró una nota que advertía: “Mejor que se vayan de la casa urgente o los vamos a matar a todos. Con la mafia no se jode!”. La familia dijo desconocer el origen de la agresión y de la misiva.
Preocupación
Diego, uno de los amigos de Messi y referente del club Cultural y Deportivo “El Campito” (lugar donde solía jugar de pibe el 10, en Juan Manuel de Rosas y Lavalleja), se acercó al equipo de La Capital para expresar su preocupación por lo sucedido. “Nosotros no estamos acostumbrados a ésto. Estamos trabajando con la gente del barrio para sacar a los chicos de la calle y brindarle contención y que un nene de 10 años resulte baleado para nosotros es muy preocupante. Nosotros con «El Campito» tratamos de que los chicos del barrio tengan un lugar para que puedan jugar como cuando nosotros eramos pibes y con Lionel veníamos a patear a la canchita. Nos preocupa mucho lo que pasó con Agustín”, indicó.
En principio el ataque quedó en manos del fiscal Fernando Sosa, de la Unidad de Flagrancia, quien tras ordenar las primeras medidas enviará el expediente a su par de Causas con Imputados No Individualizados.