Un conflicto entre dos jóvenes de barrio Belgrano decantó en un tiroteo la madrugada de ayer que dejó a uno de ellos, de 24 años, con dos heridas de arma de fuego. En el medio, literalmente, quedó una familia que recibió dos balazos contra el frente de su casa y dos vehículos que estaban estacionados afuera. “A ver si alguien nos escucha, porque va a pasar una desgracia”, reclamó la dueña de la casa afectada.
El incidente se desencadenó la madrugada del domingo, cuando un grupo de amigos pasaba las horas escuchando música y tomando unos tragos en la esquina de Perú y Pasco. Pero el clima de fiesta se interrumpió de pronto cuando cerca de las 5.30 dos hombres, conocidos del barrio, pasaron en moto y uno gatilló varias veces. Algunos de los chicos corrieron, otros se refugiaron detrás de un auto y Martín Alejandro F., de 24 años, recibió dos plomos que lo hirieron en un tobillo y un glúteo.
Lo ocurrido en barrio Belgrano fue uno de los seis incidentes con heridos de arma de fuego registrados entre la noche del sábado y la madrugada del domingo en distintas zonas de la ciudad (ver aparte).
La mecánica del ataque, así como un posible móvil, fue descripta a este diario por miembros de una familia que quedó en medio de un conflicto que comenzó con la pelea entre dos jóvenes y mutó a un problema que ahora sumó un nuevo capítulo. Según estos vecinos todo comenzó hace alrededor de una semana, cuando Martín Alejandro F. volvía de trabajar y vio que un joven caminaba por la cuadra alardeando con un arma de fuego. Martín lo increpó, discutieron y hubo un cruce de trompadas. Ese mismo día el joven que andaba armado volvió con familiares y golpearon al muchacho que lo había cuestionado.
Lo que pudo haber sido el fin de una pelea de poca monta se agravó ayer a la madrugada cuando aparecieron los tiros. Así lo contó a este diario un vecino que se despertó con el ruido de los disparos, de los cuales dos impactaron en su casa: “Estaba durmiendo y tipo 5 de la mañana escuché ruidos, me asomé y había una fiesta en la esquina. Eran como 40 pibes que estaban chupando y escuchando música, pero tranquilos. Me volví a acostar y como a la media hora me despertaron los tiros. Pum pum pum. Cuando me asomé no había más nadie”.
El hombre vio que la balas habían impactado en su casa así como en la parte trasera y la óptica de dos autos estacionados sobre la vereda de la vivienda. Horas más tarde, ayer a la mañana, se enteró de que el ataque había sido dirigido a Martín, que vive sobre la misma cuadra a unas casas de distancia y estaba en la juntada con sus amigos en la esquina.
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“Van de venganza en venganza y así van a seguir hasta que muera uno”, dijo el hombre. Quedar en medio de un conflicto no implica solo el peligro de que las balas de un ataque impacten en la casa o en los autos como le ocurrió a esta familia sino también ver cómo los jóvenes se meten en problemas de los que les cuesta salir y la preocupación como vecino que eso genera. “A ver si alguien nos escucha, porque va a pasar una desgracia”, reclamó la mujer que vive en la casa sobre la cual impactaron los disparos.
Los vecinos también manifestaron su preocupación por sentirse desprotegidos al ver que en pocos días un problema que comenzó con un cruce de palabras continuó al punto de llegar a los tiros. Temen lo que pueda llegar a pasar, sobre todo porque, según contaron, el autor de los disparos suele alardear con su arma de fuego y acaso ese fue el motivo del conflicto que originó el ataque de ayer. “Todos les tienen miedo porque están armados, nadie hace denuncia porque si la policía no encuentra el arma no hace nada. Ahora ya hay un herido, ¿van a esperar a que lo maten?”, preguntó la vecina.
Un joven, amigo del chico herido en el ataque, contó que él dormía cuando ocurrió el hecho. En un comentario breve intentó graficar el conflicto. “El otro estaba carteleando su arma, caminaba y la mostraba. Mi amigo venía de trabajar, fue y lo ubicó”, dijo refiriéndose a la pelea inicial hace aproximadamente una semana. Después todo creció hasta llegar a los tiros. “Nosotros somos locos pero buenos, no andamos haciendo daño. Si queremos agarramos una pistola y hacemos lo mismo que ellos, eso lo hace cualquiera. Pero no somos así, nosotros si hay que pelear peleamos pero no andamos a los tiros”, contó.