La tarde de ayer se tiñó de rojo en la esquina de Almafuerte y De Angelis. José Benjamín Chávez se hastió de que su vecino Víctor Hugo Franco le robara objetos de su auto. Entonces lo fue a buscar y se trenzaron en una pelea con trágico final. El primero de los muchachos terminó asesinado de dos puñaladas y su oponente fue internado en el Hospital de Emergencias con un tiro en el cuello.
Chávez trabajaba como operario en una fábrica y no tenía antecedentes penales. Vivía en la ochava de la mencionada esquina de la zona norte. Franco, a quien todos conocen como laucha de pasillo, tiene un prontuario con numerosas anotaciones y vive en Almafuerte 2375. "Es un rastrero, siempre está buscando que robar y al barrio lo tiene cansado, pero nadie lo denuncia", comentaron los vecinos.
Cuchillo y revólver. Fueron precisamente esos vecinos los testigos involuntarios de lo que ocurrió. A las 14 , una mujer que vive por calle De Angelis estaba en el comedor de su casa cuando escuchó tiros y decidió salir a ver qué pasaba: "Yo vi que José venía caminando por Almafuerte y de pronto apareció Víctor con un cuchillo y se lo clavó. Era un cuchillo grande, de carnicero. Y el revólver que tenía José en la mano lo vi apoyado en el tapial de su casa", dijo la vecina.
"Este chico Franco es un ladrón, todo lo que desaparece del barrio seguro lo tiene él; baterías de auto, equipos de música. Se mete por los techos y roba. A mí me robó varias cosas y se ve que José, pobre, se cansó", dijo la mujer muy segura.
José Chávez tenía 25 años y era oriundo de villa La Lata. Pero en marzo se mudó al barrio donde lo encontró la muerte. Allí compartía la casa con Belén P. y el hijo de la chica. Durante los últimos ocho años trabajó como empleado en la metalúrgica Crivel, aunque ayer estaba de franco y cuidando al hijo de su pareja.
Cerca del mediodía, Chávez llevó al pequeño de 3 años a la casa de una amiga de su mujer y le dijo que "tenía que hacer unos trámites", extraña ocupación para un día feriado. Entonces volvió a su casa y cerca de las 14 ingresó al pasillo de Almafuerte 2375 para increpar a Franco. Estaba cansado de los robos que éste cometía. Gritaron y se trenzaron en una pelea. En ese momento se escucharon estampidos de balazos, tres o cuatro, según dicen los vecinos.
Tras la pelea el joven intentó volver a su casa, pero Franco lo siguió enfurecido y con una cuchilla de hoja ancha. Lo corrió hasta la esquina y allí los vecinos vieron como lo acuchilló en el cuello y en el pecho. Chávez se desvaneció y un hombre llamó a la ambulancia y a la policía. Pero ante la demora de la asistencia, cargó al muchacho herido en el Ford Escort de su propiedad y lo trasladó al hospital Alberdi, adonde llegó muerto. Poco después, sus familiares llegaron al hospital y la escena fue infernal: golpes a la mortera y una pregunta "¿Por qué?", entre gritos.
En tanto Franco fue trasladado al Hospital de Emergencias con un tiro en el cuello y al cierre de esta edición estaba fuera de peligro y en observación. Al respecto, los pesquisas levantaron cuatro ojivas calibre 32 en la esquina donde se produjo la pelea y ayer investigaban de quien era el arma.
Los familiares de Chávez aducen que el joven muerto ni siquiera sabía disparar y que nunca tuvo un arma en sus manos. "No, que arma vamos a tener, José era incapaz de matar a nadie", dijo entre gritos desesperados Belén P.
Una hipótesis que sostenían otros vecinos es que "el arma sea de Franco y que el pibe se la haya sacado en la pelea". La madre de la víctima, Laura Chávez, dijo que "esto no fue ni ajuste de cuentas ni nada". Y contó: "Nosotros somos de la La Lata, pero con trabajo y esfuerzo pudimos mejorar nuestra vida. Y ahora me lo matan así". "Lo único que hacíamos era trabajar todo el día y los sábados reunirnos con la familia a comer algo, una vida de laburantes" dijo Diego, compañero de trabajo de la víctima. "Era un pan de Dios, un campeón", cuenta y llora entre dientes.
El otro crimen
Victor Hugo Franco, quien quedó acusado de matar ayer a José Chávez, había sido inculpado por el homicidio del policía Hugo Dolci, ocurrido en agosto de 2010 en un asalto. Tenía en ese entonces diez antecedentes penales por robo, robo calificado, tenencia de arma y encubrimiento. En el caso de la muerte del policía, Franco fue reconocido en un álbum fotográfico por un testigo pero luego dijo ante la Justicia no estar seguro de que él era el ladrón buscado.