Un español de 42 años que huyó de su país por una causa de estafa y vive en Rosario desde hace varios años fue imputado de defraudación acusado de haber realizado compras por 150 mil pesos con tarjetas de crédito de otras personas en perjuicio del supermercado Coto del Alto Rosario Shopping. Si bien por este caso la semana pasada fue imputada como responsable de las estafas una joven de 21 años que fue liberada con restricciones, la investigación estableció que la muchacha trabajaría para este hombre conocido como “El Español” quien, en virtud de lo pactado, se quedaba con el 60% de lo comprado.
Más allá de algunas dudas en cuanto a su verdadera identidad —por estos días utilizaba un pasaporte a nombre de un ciudadano búlgaro que no existe— el sospechoso fue identificado como Sergio S. G., quien quedó con prisión preventiva al menos por dos meses hasta el próximo 22 de diciembre por orden del juez de primera instancia Alejandro Negroni.
Un 40% para la receptora
Esta investigación por estafas se originó en una denuncia de la cadena de supermercados contra una mujer que realizó cuatro compras a través de la plataforma on line “Coto Digital”. Se rastrearon operaciones realizadas los días 9, 11, 12 y 14 de este mes por 23.549,70 pesos, 21.913,42 pesos, 73.644,07 pesos y 45.881,20 pesos. Como punto en común, la mercadería se entregaba en el mismo domicilio de San Juan al 3000 y era recibida por la misma mujer. Sin embargo las compras eran realizadas con tarjetas de crédito de personas que viven en las provincias de Río Negro y Buenos Aires que en su momento habían sido denunciadas por fraude.
En ese marco el personal de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) comprobó que la mujer en cuestión había solicitado una nueva compra online al súper. Entonces el fiscal de hechos con Imputados No Individualizados (NN) Aníbal Vescovo ordenó un operativo de entrada controlada que el pasado 18 de octubre simuló la entrega del pedido. Con colaboración de la empresa denunciante un efectivo policial se puso el uniforme de repartidor y fue en un camión de Coto a llevarle la mercadería a la “clienta”.
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Así, Delfina C. fue detenida junto con su novio, luego liberado ya que por el momento no tendría relación con los ilícitos. El operativo continuó con un allanamiento a la vivienda de la joven donde se incautó un teléfono celular, una notebook, un aparato de posnet, dos tarjetas de crédito, dos pasaportes y un DNI aparentemente apócrifo, ya que posee foto con el rostro de la requerida y datos de otra persona. También se hallaron 13 bultos con mercaderías del Coto que fue reconocida por el gerente de esa empresa.
En otro allanamiento a una casa de Barra al 400, en tanto, se incautaron cuatro celulares, una CPU, un posnet de Mercado Pago, una tarjeta de débito, un recibo de compra del Coto, un disco externo y una chapa patente con pedido de secuestro por un robo calificado de 2016. En este caso fue detenido un hombre de 35 años sospechado de encubrimiento, que también recuperó la libertad.
En ese marco dos días después Delfina C. fue imputada de estafa especial por haberse realizado por medios electrónicos en cuatro hechos, falsificación de firma en tres hechos, y falsificación de documento público. El fiscal le achacó haber realizado las cuatro compras con tarjetas de crédito de las cuales no era titular y aportando un nombre de comprador que tampoco era el suyo. Si bien Vescovo pidió prisión preventiva para la joven, la jueza Paula Alvarez le dictó la libertad bajo reglas de conducta —no puede salir del país ni usar redes sociales, por ejemplo— durante seis meses, así como una caución de 500 mil pesos.
Un 60% para el comprador
Sin embargo, la investigación no terminó con la detención de la joven. A partir del material colectado en los allanamientos surgió como línea superior de la organización un hombre apodado “El Español”, cuya identidad se estableció en principio a partir de un pasaporte con su foto a nombre de un supuesto ciudadano búlgaro llamado Angel Gerasimov Ivanov. Los policía de la AIC consultaron por él en Interpol, desde donde corroboraron que no había ningún ciudadano búlgaro con esos datos y que el número de ese pasaporte, a nombre de otra persona, había sido dado de baja en 2013 por robo o extravío.
La información de la AIC condujo luego a una de sus brigadas operativas a pedir una orden para allanar un departamento de Tucumán al 1300 en busca del tal Gerasimov o como se llamare. Allí encontraron a una chica de 19 años que dijo ser hija del hombre buscado. Entonces se estableció que Gerasimov se llama —o se llamaría, tampoco quedó del todo claro— Sergio S. G. y que al parecer hace casi 15 años huyó de España a raíz de unos hechos de estafa sobre los cuales las fuentes consultadas no aportaron detalles.
En el domicilio de este hombre, que al parecer vive en Rosario desde hace varios años, se secuestraron una caja fuerte digital transportable que los policías no lograron abrir, ocho tarjetas de crédito a nombre de diferentes personas, una notebook, un celular, dinero en efectivo y documental de interés para la causa.
El que seguía sin aparecer era El Español, cuya hija dijo a los policías que se encontraba en una vivienda de barrio Azcuénaga. Los efectivos fueron a allanar entonces una casa en pasaje Montes de Oca al 900, donde fue apresado el hombre de 42 años que, según fuentes de la AIC, intentó en un primer momento resistir el arresto. Los policías le secuestraron dos celulares que tenía un bolsillo y un juego de llaves de la casa en la que estaba viviendo.
En la propiedad se encontraba un tal Oscar Osvaldo S. que estaba cumpliendo prisión domiciliaria por una causa federal. Esta persona sostuvo que El Español había estado un día viviendo en la casa. En la requisa se incautaron una notebook y una tablet.
Y mientras persistían las dudas de los pesquisas sobre la identidad del Español, el fiscal de Investigación y Juicio Matías Ocariz lo imputó este lunes por cuatro hechos de defraudación con tarjeta de crédito. Según la acusación formulada ante el juez Negroni, Sergio S. G. realizó las cuatro compras por las cuales fue imputada Delfina C. y las abonó con tarjetas de las cuales no era el titular. Concretadas las compras, hacía remitir la mercadería al domicilio de la otra imputada con quien había pactado que ella se quedaría con el 40% de lo adquirido.
En este caso, ante el pedido de prisión preventiva presentado por el fiscal, el juez dejó tras las rejas al Español al menos hasta el próximo 22 de diciembre, cuando podrá revisarse la medida cautelar.