Fue entonces cuando detuvo su marcha, estacionó en calle Junín y se dirigió al estacionamiento del shopping, en la colectora de Junín casi esquina Monteagudo, y según contaron testigos, comenzó a dispararle al vehículo en el que estaban los jóvenes.
Por fortuna, el oficial no logró su cometido y los disparos impactaron en el auto y en un neumático, pero no alcanzó a ninguno de los jóvenes ni tampoco a ninguna de las personas que a esa hora estaban por el lugar.
Posteriormente, se determinó que los chicos eran empleados de la concesionaria de vehículos que está enfrente, en la esquina de Junín y Monteagudo, e incluso estaban vestidos con la ropa de la concesionaria.
El oficial dejó de tirarles cuando los chicos desde dentro del auto empezaron a gritarle que se había confundido y que no tenían nada que ver. Rápidamente llegó Gendarmería, que montó un amplio operativo -llegaron cuatro móviles- y más tarde un móvil de la policía provincial.
Los jóvenes debieron ser atendidos por el servicio de emergencia, puesto que si bien no resultaron heridos estaban, como es lógico, muy asustados.
Si bien incialmente nadie quiso dar demasiado detalles de un operativo que cuanto menos resultó muy confuso, aunque todo indica que se trató de un error, más tarde trascendió que el efectivo involucrado es de la Divisón de Drogas Peligrosas.
Minutos después del hecho, siete efectivos de Gendarmería revisaron el auto buscando encontrar las marcas de los disparos.