Un hombre de 28 años muerto a balazos y puñaladas, dos de sus hermanos heridos, y dos casas destruidas. Ese fue el saldo de una gresca motivada por viejos rencores vecinales en el barrio Coronel Aguirre, en la zona suroeste de Villa Gobernador Gálvez. Ocurrió ayer a la madrugada y los vecinos relataron que fue una pelea de cinco contra cinco, aunque destacaron que sólo uno de los bandos estaba armado. También explicaron que la bronca entre los grupos "venía de mucho antes" y que el viernes por la tarde "se bardearon feo", como se describe el desafiarse para pelear. Los vecinos también aventuraron que "esto no va a terminar más".
Por el hecho fueron detenidos dos hermanos apodados Pepo y Quemado, de 26 y 29 años, acusados de liderar el grupo de atacantes. Cuando la policía llegó al lugar estaban durmiendo en su casa de Pasaje 6 al 1900, a 40 metros de donde se produjo la trágica pelea. "Estos pibes estaban redrogados. Terminaron de matar a Bebo (como conocían a la víctima), se fueron a su casa y se acostaron a dormir. Cuando los policías se los llevaban estaban redormidos", explicó una joven. En la vivienda hallaron una pistola Bersa calibre 22 con su cargador vacío.
Una vez que la noticia del crimen de Nelson Gustavo Bebo García ganó la calle, la ira de los allegados al muchacho de 28 años se disfrazó de turba para sitiar y destruir. Así fue parcialmente destrozada la casa de la madre de los detenidos y fue incendiada una vivienda de Bolivar y Buenos Aires, donde reside una hermana de los presos.
Cerca del club. El Club Atlético Coronel Aguirre es la pasión de los villagalvenses. Su sede y su histórico predio están ubicados en la avenida Soldado Aguirre entre Buenos Aires y Filippini. El verde y rojo de su camiseta, que representan los banderines señalizadores de las estaciones ferroviarias, mandan en ese sector de la vecina ciudad. Pero ayer, en la sede de la institución, no había nada que se asemejara a la alegría. Allí, la familia García y sus allegados lloraba a Bebo y estaba en vilo por la salud de Hipólito y de Marcelo, los dos hermanos heridos. Por eso al equipo de trabajo de La Capital no le asombró que mientras algunas mujeres de la familia dialogaban, un joven llegara y al grito de "tomenselá de acá", cortara el contacto. Y el clima no daba para plantear razones.
La esquina de Pasaje 6 y San Nicolás, una calle cotizada por su pavimento, fue la escena del crimen. Está ubicada a unos 250 metros de la sede del club de "Los pibes bravos", como se conoce a los hinchas de Coronel Aguirre. Todos los protagonistas de la crónica residen o tienen familiares en esa zona. Según se pudo reconstruir por dichos de vecinos y la versión de los pesquisas, guiados por la jueza María Luisa Pérez Vara, todo comenzó a las 3.30. A esa hora cuatro de los hermanos García —Nelson, Hipólito, Marcelo y Lucas— salieron de una casa de Pasaje 7 y San Nicolás donde se conmemoraba el cumpleaños de la hermana de ellos. Iban a buscar a Carlos, el hermano que trabaja como mozo y regresaba al barrio en colectivo.
La versión oficial indica que al bajar del ómnibus Carlos fue sorprendido por una gavilla de rateros liderada por Pepo y Quemado, en Pasaje 6 y San Nicolás. Los vecinos calificaron a la banda como rastreros, delincuentes sin ningún tipo de códigos. Primero le pidieron cigarrillos y en un descuido lo encañonaron y le quitaron el bolso.
Mientras eso sucedía llegaron los hermanos García y se desató una pelea desigual. "Estos pibes se tiene bronca desde hace años. Uno de los hermanos García estuvo preso por el asesinato de un tal Tito que era de la bandita y se la tienen jurada. Pepo y Quemado son unos ladrones drogados. Los García son una familia de pibes que se la aguantan y no se dejan atropellar", describió una mujer.
Emboscada. Los residentes contaron que la tarde del viernes integrantes de los grupos se habían cruzado y que el vaso quedó a una gota de rebalsar. Eso ocurrió a las 3.30. "Cuando los hermanos García pasaban, los de la bandita salieron de la cortada (Pasaje 6) y los atacaron con cuchillos y disparos. Fue terrible. Se deben haber escuchado como 30 tiros", relató una vecina. El ataque fue irracional y desproporcionado.
El que peor la llevó fue Nelson Gustavo Bebo García. Su cuerpo recibió dos disparos en las piernas, uno en el abdomen y un puntazo en el cuello. Se arrastró, o lo arrastraron sus hermanos tras el desbande, hasta un pasillo de Simón Bolivar 2040, a unos 100 metros del lugar del ataque, donde murió. Tenía esposa y una niña de 6 años, según contó una de sus sobrinas. Pero no fue el único que la ligó. Su hermano Hipólito, de 40 años, fue apuñalado en la espalda y anoche estaba internado en el hospital Provincial con pronóstico reservado tras sufrir un neumotórax. En tanto Marcelo, de 33 años, recibió un balazo en abdomen y fue a parar al Hospital de Emergencias.
Tras el desbande posterior a la pelea, José Luis R., de 26 años y apodado Pepo, y su hermano Sergio Jesús, de 29 y conocido como Quemado, regresaron a su casa, ubicada a 40 metros de la escena de la batalla, y se acostaron a dormir. Así los encontraron los pesquisas de Homicidios y de la seccional 26ª que los detuvieron. Afuera de la vivienda, los allegados a los García hacían cola para quemarles la vivienda.
Represalia. Cuando los detenidos fueron sacados de la casa de su madre la gente tomó venganza. Por eso fueron destinados un centenar de policías para intentar controlar la situación. Pero en medio del despliegue también fue quemada la vivienda de una hermana de los detenidos.
"Vos no sabés lo que fue esto. Una batahola de tiros y gritos. En esta cuadra nadie pudo dormir desde las 3.30 de la mañana. Primero fue la pelea, después se escucharon cualquier cantidad de disparos, más tarde llegó la policía y por último, los amigos del pibe muerto y de los heridos vinieron y le quemaron la casa a la madre de los presos", explicó una doña ayer a la mañana. Los detenidos serán indagados mañana por la jueza Pérez Vara.