No pocas veces las situaciones más temibles se gestan a partir de las personas más próximas. Parece ser la historia de un militar retirado que antenoche, resistiendo un robo, mató de un tiro a uno de los tres delincuentes que irrumpieron en su vivienda en el partido bonaerense de Quilmes. El rasgo que agregó más estupor al caso es que como entregador del asalto quedó detenido un amigo del hijastro del militar, que pese a haber sido inmovilizado por los ladrones como todos los miembros de la familia estaba, presumiblemente, en conexión con aquellos.
Para la Justicia, según la primera impresión, el dueño de casa actuó en legítima defensa.
Todo se destató la noche del miércoles, alrededor de las 21.45, en donde viven un suboficial mayor retirado del Ejército, de 50 años, junto a su actual pareja y el hijo adolescente de ésta.
Un amigo del hijastro del militar llegaba como invitado a la casa y tocó el timbre. Cuando le abrieron la puerta, junto al invitado ingresaron tres delincuentes jóvenes armados que de inmediato irrumpieron a la vivienda y redujeron a los tres miembros de la familia.
Los ladrones, dos de los cuales estaban armados, sorprendieron al dueño de casa en la ducha, lo sacaron del baño y lo llevaron a una habitación, donde junto a su mujer, al hijastro y al amigo de éste, los tuvieron amenazados y tirados boca abajo en el piso.
La recorrida. Los asaltantes comenzaron a recorrer la casa en búsqueda de objetos de valor y a medida de que se apoderaban de elementos para robar -artículos electrónicos, joyas y dinero- los cargaban en una camioneta Chevrolet Blazer blanca que el militar retirado tenía estacionada en el parque de la vivienda.
"Los delincuentes no revisaron bien la casa, porque no encontraron la pistola calibre 45 que tenía escondida el militar", dijo un jefe policial. Cuando los intrusos se disponían a huir, el dueño de casa salió armado al parque y efectuó al menos tres disparos, según lo que escucharon los testigos y la cantidad de vainas servidas encontradas luego en el lugar.
"Los tres ladrones ya estaban subidos a la camioneta a punto de emprender la huída. Como no habían atado a las víctimas, el dueño de casa tuvo tiempo de ir a buscar su arma y salir a enfrentarlos", explicó la fuente policial consultada.
Uno de los disparos reventó la ventanilla del conductor e hirió de gravedad en el pecho al ladrón que se había colocado en el volante. Entonces, los asaltantes desistieron del robo, se bajaron de la camioneta y escaparon de la casa corriendo en distintas direcciones, aunque el herido cayó muerto a 200 metros a raíz de un balazo en el tórax efectuado por el militar retirado.
Los otros dos ladrones lograron escapar pese a que los móviles de la comisaría 9ª de Quilmes arribaron en pocos minutos alarmados por los llamados realizados al 911 por los vecinos que escucharon los disparos.
Sin embargo, el fiscal a cargo de la causa, Andrés Nieva Woodgate, de la Unidad Funcional de Instrucción 4 de Quilmes, dispuso la aprehensión del joven de 19 años, amigo del hijo de las víctimas, que llegó con los ladrones.
Contradicciones. "Si bien dentro de la casa fue tratado como una víctima más, hay algunas actitudes y contradicciones que nos hacen sospechar la posibilidad de que conociera a los delincuentes", señalaron fuentes judiciales.
En el caso del militar retirado, el fiscal sólo dispuso su identificación y no quedó detenido por el homicidio del ladrón, ya que todo indica que actuó en legítima defensa dentro de su casa.
"Salió armado a defender lo suyo, los delincuentes también poseían armas y aún estaban dentro de su propiedad cuando se producen los disparos. Además, estamos esperando los peritajes balísticos para ver si los ladrones le dispararon, pero sabemos que al menos le apuntaron", dijo el vocero judicial.
Por orden judicial se secuestró el arma empleada por el militar retirado -una pistola .45 con sus papeles en regla- y un revólver calibre 32 hallado en la camioneta Blazer, junto a una picana eléctrica que la policía le adjudica a los asaltantes.
La persona fallecida tiene entre 25 y 30 años, el cuerto con muchos tatuajes y una cicatriz por una herida de bala previa.