Seis hombres, uno de ellos camuflado como empleado del Correo Argentino, y portando armas de grueso calibre y equipos de intercomunicación profesional, ingresaron a primera hora de la mañana de ayer a una casa del barrio La Florida, redujeron a ocho personas y se llevaron 120 mil pesos en efectivo y pertenencias de la familia de Manuel L., quien vive en el barrio desde hace un año.
Todo empezó a las 8 de ayer en Maestro Massa al 200, entre Iriarte e Iturraspe, en el límite norte de la ciudad, muy cerca del puente Rosario-Victoria y a unos 50 metros del destacamento de Gendarmería Nacional. A esa hora se plantó en la puerta del garaje de la vivienda que se encuentra en refacciones un hombre vestido como empleado del Correo Argentino y preguntó por Manuel, el dueño de casa. Cuando éste apareció, el falso cartero le entregó una caja a Manuel debidamente etiquetada con su nombre y domicilio. Pero tras ello desenfundó una pistola calibre 9 milímetros para reducirlo violentamente. "Le colocó el arma en el cuello con tanta violencia que lo arrojó al piso", indicaron fuentes policiales. Todo eso ante la reacción atónita de los tres albañiles y un vecino que estaban en el patio de la casa a punto de comenzar a trabajar.
En ese mismo momento entraron otros cinco delincuentes que bajaron de un auto de alta gama, posiblemente un Volkswagen Vento color rojo, según dijo Manuel. En la casa estaban su esposa, una amiga, su cuñada y los dos hijos de la pareja: un bebé de un mes y un nene de 4 años. Los visitantes dominaron toda la situación en minutos.
Jorge, un vecino que estaba en el patio de la casa, contó que "entraron y cerraron el portón para que no se viera nada. Nos apuntaron a los tres que estábamos en el patio, nos pusieron precintos y nos dejaron bajo control de uno de ellos". Otra de las víctimas sostuvo que los ladrones "se comunicaban por medio de Nextel y llevaban colgados en un chaleco otro handy con la frecuencia policial".
Bajo presión. Mientras uno estaba en el patio, otro de los ladrones se quedó en el auto y los otros cuatro se preocuparon por maniatar a todos los que estabn en la casa. Así comenzaron a presionar a Manuel. "Daban vueltas por toda la casa y sólo me preguntaban dónde había dinero. Creo que sabían que tenía la plata para pagar las obras de refacción de la casa, unos 120 mil pesos" en efectivo, dijo Manuel.
Los delincuentes contaban con una logística inusitada y tenían en cuenta todos los movimientos de la vivienda. Presionaron reiteradamente a los propietarios amenazándolos con llevarse el bebé de un mes si no les decían donde se encontraba el efectivo, con lo que Manuel les indicó casi desesperado el lugar donde guardaba la plata. Mientras inspeccionaban toda la casa en busca de otras pertenencias, los hampones les dijeron de mala manera: "Si escuchamos por el handy que viene la policía los matamos a todos".
Hasta el disco rígido. Manuel tiene un negocio de servicios y venta de celulares y es un fanático de la tecnología. Por eso su casa cuenta con ocho cámaras de vigilancia que quedaron inutilizadas a la hora de registar el robo. "Cuando las vieron preguntaron dónde estaba la computadora que las comandaba y le sacaron el disco rígido. También preguntaron por las llaves de mi auto, no les dije y después no insitieron con eso".
Los ladrones, recordó la víctima, "tenían todos pelo corto y entre 25 a 40 años", y se comunicaban entre sí y hacia el exterior de la casa por medio de los handys. "En ningún momento hablaron entre ellos en forma directa. Sólo se hacían señas y uno de ellos me dio un par de patadas y me apoyó con tanta fuerza el caño de la 9 milímetros en el cuello que me dejó la marca", dijo Manuel mientras mostraba, debajo de la nunca, una especie de tatuaje formado por el círculo del cañon del arma.
El episodio duró "más de una hora y media", sostuvo Manuel. Una vez terminado el robo, los ladrones se fueron por la misma puerta por la cual entraron no sin aterrorizar a sus víctimas. "Si nos denuncian o hacen mucho quilombo los vamos a matar, sabemos donde viven y qué hacen". Con esa frase se despidieron cerca de las 10.30 de ayer.