El comisario inspector Gustavo "Gula" Pereyra, procesado por pasar información a la banda de Los Monos, se constituyó como querellante en una causa por falso testimonio contra quienes eran sus jefes en la disuelta Secretaría de Delitos Complejos, Ana Viglione y Andrés Ferrato. La audiencia se había suspendido dos veces en cinco meses y se hizo ayer pese a la resistencia de los ex titulares del área, quienes apelarán la medida porque pretenden que el caso se radique en el viejo sistema penal de juicio escrito.
"A esta causa se llega por una denuncia de un juez de Instrucción que advirtió discrepancias en la causa de Los Monos, una causa que no puede desconocer la defensa. Siendo los jefes del señor Pereyra, quisieron deslindar responsabilidades en él", planteó el abogado de "Gula", Sergio Larrubia. Al ser querellante Pereyra a partir de ahora podrá pedir o aportar pruebas en la causa. El fiscal del nuevo sistema penal Aníbal Vescovo es quien conduce ese legajo penal por falso testimonio, en el cual Viglione y Ferrato no están imputados.
La medida es una derivación de la causa contra Los Monos. En ese expediente, el 913/12 por asociación ilícita que se encamina a juicio oral, Pereyra fue acusado de poner información secreta a disposición del clan Cantero, una banda con once miembros ya condenados en juicio abreviado y otros veinte a la espera de debate público. El policía en un primer momento fue sobreseído pero en una revisión el camarista Daniel Acosta revirtió la medida. La prueba de su procesamiento se basa en contactos telefónicos entre Ramón "Monchi" Machuca, preso como uno de los jefes de la banda, y Juan "Chavo" Maciel, un sargento que respondía directamente a Gula.
En ese marco, en agosto de 2014 el entonces juez de Instrucción Juan Carlos Vienna abrió la causa 48/14 por presunto falso testimonio contra la abogada y policía Viglione y su segundo Ferrato. Los dos declarado como testigos sobre cómo funcionaba el área de Delitos Complejos. Los jefes habían negado participar de investigaciones sobre narcotráfico, pero sus subordinados declararon que sí les asignaban pesquisas de esa índole. El juez advirtió contradicciones y por eso abrió un sumario, pero nunca los imputó. Los abogados de Gula son los que impulsan el avance de esa causa, que tras el cambio de sistema penal la jueza Alejandra Rodenas remitió al ámbito de las nuevas fiscalías.
Como cuestión previa a la constitución de querellante las defensas de Viglione y Ferrato pidieron que la causa vuelva al viejo sistema porque consideran que nació allí y sus clientes nunca fueron informados. La defensora pública Alejandra Paolini, por Ferrato, dijo que "ninguna circunstancia da lugar a la competencia del nuevo sistema penal", que "nunca se pidió la opinión de Ferrato" y que "no se sabe cuál es la materia sobre la cual se habría producido la falsedad ni qué perjuicio habría causado".
El abogado Daniel Terani, por Viglione, pidió que "quede delimitado en forma exacta si corresponde el juicio escrito u oral. En el código anterior no existe el querellante, rige el actor civil. La diferencia no es menor", planteó. El juez Donnola mantuvo la causa en la órbita del nuevo sistema al entender que esa cuestión ya había sido discutida y zanjada. Entonces los defensores apelaron en el acto para evitar la constitución de querellante, pero la audiencia prosiguió de todos modos.
"El 25 de junio de 2013 declaró Ferrato y el 18 de junio Viglione. Siendo los jefes deslindaron responsabilidades en Pereyra, que en este momento se encuentra procesado. Más claro, imposible", dijo Larrubia sobre por qué su cliente se considera perjudicado. Finalmente el juez reconoció "las facultades que tiene de ser querellante cualquier persona que se considera perjudicada, incluso en una causa NN. Se verá en el análisis cuál es el daño o no causado". El mismo debate seguirá ahora en la Cámara Penal.