Los investigadores policiales y judiciales del crimen de José Luis Vergini, el médico psiquiatra de 71 años que fue encontrado el mediodía del sábado maniatado y asesinado de un disparo en la cabeza en su casa de Fisherton, de donde los agresores se llevaron tras forzar una ventana una suma no precisada de dinero, un par de armas y otros objetos de valor, no tenían al cierre de esta edición certezas que les permitan localizar a los atacantes.
Fuentes de la pesquisa señalaron que el caso puede ser calificado como un homicidio criminis causa, es decir ejecutado para ocultar otro delito que en este caso fue el robo del dinero y las joyas de la caja fuerte que al parecer había en la vivienda del hombre asesinado.
Ayer, un vocero de la investigación indicó que el fiscal Florentino Malaponte y la Policía de Investigaciones (PDI) recogieron testimonios entre los familiares de Vergini y vecinos para corroborar si el psiquiatra tenía “conflictos con alguien por cuestiones de dinero”.
Alarma. La alarma de la casa de La República 8530, donde residía Vergini, sonó durante casi toda la noche del sábado. Según reportó la empresa de monitoreo satelital a la policía, desde las 2 de la madrugada del domingo no obtuvieron respuestas de los teléfonos de contacto que tenían registrado en sus archivos y los patrulleros que acudieron al lugar no observaron nada extraño desde el exterior de la vivienda por lo que, como es de protocolo, no ingresaron a la propiedad.
Pero cuando los hijos del profesional llegaron a la casa parquizada, poco antes del mediodía y alertados por lo que había pasado con la alarma durante la noche y porque su padre no respondía a sus llamados telefónicos, observaron que una ventana del frente de la casa había sido forzada.
Cuando entraron se encontraron con una escena desgarradora: Vergini yacía sin vida junto a la cama, con sus brazos maniatados a la espalda con un cable. Y además presentaba un balazo que había ingresado por detrás de la oreja derecha. Al parecer murió en el acto.
Casa revuelta. Además, según comentaron los pesquisas, toda la casa se encontraba revuelta y una pequeña caja fuerte empotrada en una pared, detrás de un cuadro, había sido abierta y vaciada casi totalmente.
Un informe preliminar del médico policial que examinó el cuerpo de Vergini indicó que el profesional habría sido asesinado entre diez y doce horas antes de ser encontrado por sus hijos, es decir poco después de las 2 de la mañana del sábado.
Y también trascendió que los maleantes se llevaron algunas joyas y una importante suma de dinero de la caja fuerte con combinación que había en el dormitorio, aunque también dejaron algo de plata y varios electrodomésticos y artículos electrónicos, “como si estuvieran apurados para irse”, confió un vocero.
Poliladrones. En la escena del hecho, uno de los hijos de la víctima comprobó que había desaparecido una pistola de aire comprimido del padre que estaba en una mesa. Ante esa situación, el fiscal Malaponte ordenó que se requise a todos quienes habían ingresado a la propiedad desde el hallazgo del cadáver.
Un rato después en el baúl de un patrullero del Comando Radioeléctrico se encontró el arma buscada además de un revólver y una réplica de pistola, por lo que los dos uniformados del móvil —fueron los primeros en entrar a la vivienda— fueron detenidos y hoy serán llevados a los Tribunales.
En una audiencia se prevé que el fiscal Aníbal Vescovo les imputará, en principio, la sustracción del arma. El hecho, además, fue notificado a la Dirección de Asuntos Internos de la policía para que se realicen las actuaciones administrativas correspondientes.





























