Buenos Aires.— Seis policías fueron detenidos e indagados durante el fin
de semana por el crimen de Gastón Duffau, un joven estudiante que tras una golpiza murió el mes
pasado a bordo de un patrullero de la comisaría de la localidad bonaerense de Ramos Mejía.
Los seis efectivos de esa seccional quedaron detenidos
entre el sábado y domingo y prestaron declaración ante el fiscal de la causa, Guillermo Bordenave,
quien les imputa los delitos de "torturas seguida de muerte" en perjuicio de Duffau, por lo que
continuarán apresados.
Miguel Angel Racanelli, abogado de cuatro imputados,
informó que sus defendidos David Mansilla, Luis Alberto Acuña, Mauro Darian Ponti y Rubén Darío
Steingruber se presentaron el sábado en la Jefatura de La Matanza para ponerse a disposición de sus
superiores.
Según fuentes del caso, los jefes consultaron si el juez de
Garantías de La Matanza, Carlos Blanco, había resuelto librar las órdenes de detención pedidas por
el fiscal Bordenave el miércoles pasado, y al recibir una respuesta afirmativa los apresaron.
Ayer, los otros dos efectivos se presentaron en esa
jefatura y quedaron detenidos. El fiscal Bordenave indagó a todos los sospechosos. Los seis
policías fueron desafectados de sus funciones por el Ministerio de Seguridad bonaerense y quedaron
alojados en una dependencia especial para hombres de la fuerza.
Por su parte, Mathias Valdez Duffau, primo de la víctima y
abogado de la familia, dijo que confía en que el fiscal denegará los pedidos de excarcelación y que
pedirá al menos "tres detenciones más para los autores mediatos del crimen".
Bordenave acusó a los seis policías de esa seccional luego
de que una segunda autopsia determinara que Duffau no había muerto tras un accidente de tránsito,
como dijo la policía, sino que fue golpeado, torturado y asfixiado.
Duffau, estudiante de la UBA e hijo de un comisario
fallecido, concurrió el 22 de febrero a un local de comidas rápidas de Ramos Mejía, donde discutió
con el personal de seguridad. Su familia precisó que una hora después, en la guardia del hospital
de Haedo, el joven estaba muerto boca abajo en la caja de una camioneta policial, semidesnudo, con
los pies atados y con un doble juego de esposas.
La policía negó la golpiza y dijo que lo llevaron al
hospital porque estaba "exaltado" pero que el muchacho ingresó muerto a la guardia.
(Télam)