La Cámara Penal reactivó el juicio abreviado por el cual el ex líder de la barra de Newell’s Diego “Panadero” Ochoa acepta una condena a cinco años como partícipe secundario del crimen de Maximiliano “Quemadito” Rodríguez. El acuerdo entre fiscalía y defensa había sido rechazado en octubre por el juez Héctor Núñez Cartelle, para quien la evidencia colectada permitiría lograr una pena más abultada en un juicio oral. Pero en una audiencia de apelación ayer la camarista Carolina Hernández concluyó que un juez no puede pronosticar el rendimiento de la evidencia en un debate oral, por lo que revocó ese fallo y ordenó que se analice otra vez en primera instancia, pero por otro juez.
Así, la Oficina de Gestión Judicial (OGJ) deberá fijar una nueva audiencia para volver a analizar el acuerdo. Las partes estiman que a partir del esta resolución el procedimiento será homologado y Ochoa podrá redondear en 18 años la pena unificada como instigador del crimen de su antecesor Roberto “Pimpi” Caminos y por su aporte al homicidio del Quemadito, que para los investigadores no fue una orden sino un “refuerzo” económico que reafirmó una decisión que los asesinos —ya condenados— tenían tomada.
El Quemadito fue asesinado el 5 de febrero de 2013 en la esquina de Corrientes y Pellegrini, a metros del departamento donde se refugiaba con su novia tras haber sido baleado una semana antes. La investigación dio con los autores materiales, que ya fueron condenados: Héctor “Porteño” Rodríguez, a 16 años y medio por haberle disparado en la nuca desde corta distancia; Sergio Federico “Chuno” Acosta, a 14 años y medio como el conductor de la moto en la que ambos huyeron; Marcelo Jesús Romano, amigo de Maxi acusado de haberlo entregado, fue condenado a 13 años y Walter “Walo” Acosta, sindicado como quien hizo un gesto que distrajo a la víctima al momento de la ejecución, recibió 6 años y medio como partícipe secundario.
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Maxi había sido ladero del Panadero en la barra hasta que un incidente los enemistó. Fue el 8 de septiembre de 2010 cuando junto con su padre Sergio “Quemado” Rodríguez —condenado por el triple crimen de Villa Moreno— y el barra Matías Pera desnudaron a Ochoa en pleno partido en el Coloso para quitarle el poder. Por ello el Panadero siempre estuvo en la mira y luego de una serie de idas y vueltas del expediente el entonces juez de Instrucción Javier Beltramone lo procesó como instigador, rol que Ochoa siempre negó haber asumido.
Otros motivos
Pero el paso del tiempo y el avance de la investigación se topó, al colectar las evidencias, con otro panorama. Para los fiscales Pablo Socca y Luis Schiappa Pietra esos elementos no explican el crimen en el contexto de una interna de la barra sino de una disputa narco. Específicamente por un búnker de Doctor Riva e Iriondo que le habían “expropiado” al Quemadito cuando estaba preso y que al salir intentó recuperar.
Según las evidencias del caso, quienes luego fueron condenados por el crimen atentaron dos veces contra Maxi. Como el primer ataque falló uno de ellos decidió pedirle 30 mil pesos a Ochoa para contratar a un sicario en barrio Las Flores. Para los fiscales, el Panadero tenía motivos para participar y se plegó, pero el ataque no fue un plan suyo ni tuvo que convencer a nadie para que fuera a matar.
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Como para los fiscales esa evidencia no aseguraba una condena como instigador para Ochoa en un juicio oral se le propuso una pena de cinco años como partícipe secundario. El acuerdo, avalado por la fiscal regional María Eugenia Iribarren y el fiscal general Jorge Baclini, fue presentado el 5 de octubre. Pero Núñez Cartelle no acordó con la mirada de los fiscales y lo rechazó convencido de que la evidencia permitiría arribar a una pena mayor en un juicio oral.
Extralimitado
Ese fallo fue apelado y ayer se revisó en una audiencia de Cámara. Los fiscales remarcaron el “acuerdo razonable” entre las partes, explicaron que las evidencias sostienen la participación secundaria del Panadero y pidieron revocar la resolución. Los defensores Lucas Peirone y Juan Pablo Audisio cuestionaron que el juez había hecho una proyección sobre la evidencia y afirmaron que Ochoa desistía de apelar —así lo contempla el acuerdo— su condena por instigar el crimen de Pimpi.
El propio Ochoa, desde la cárcel de Piñero donde está preso desde 2013 y cumple su condena a trece años por el crimen de Caminos, confirmó su consentimiento y admitió su responsabilidad por los hechos atribuidos.
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Hernández consideró que Núñez Cartelle se había extralimitado en sus funciones al rechazar el acuerdo en función de lo que él consideraba sobre las evidencias y su posible rendimiento en un juicio oral. Y si bien las partes le pidieron que además de revocar el rechazo anterior homologara el acuerdo, la camarista les explicó que debía ser revisado otra vez por un juez de primera instancia, con la salvedad de que no fuera Núñez Cartelle. Esto no implica que el acuerdo deba ser homologado sino resuelto “según surja de la audiencia de debate”, aclaró la magistrada.