"Rosario está en un estado de emergencia a causa del alto grado de violencia y de impunidad que hay"

Luego de una gresca en un pub del centro rosarino, ayer por la mañana asesinaron de un tiro en el abdomen a Jairo Natanael Trasante, un chico de 17 años, en la esquina de Dorrego y Zeballos. Su hermano, Jeremías, fue una de las tres víctimas del triple crimen de Villa Moreno.

Eduardo Trasante, el padre de ambos chicos, manifestó su  profundo dolor por otra muerte que se suma a su familia, ya que el año pasado falleció también su esposa. Ante la muerte del pequeño Jairo, el pastor Trasante reflexionó: "Rosario está en un estado de emergencia a causa del alto grado de violencia y de impunidad que hay".

Es que la muerte de Jairo se suma a la dolorosa ola de violencia que sacude a la ciudad, que en lo que va del año ya registra más de 30 muertes por asesinatos. El caso puntual de Jairo comenzó la noche del 1º de febrero en el pub Chiringo, de Dorrego al 100.

"Al parecer (Jairo) había estado con un grupo de amigos y a la salida de un local bailable se produjo una gresca, se habían agarrado a golpes de puños varios chicos y hubo corridas", contó por su parte el comisario Claudio Peralta, inspector de zona Nº 1 de la policía local. Tras las corridas, el joven se alejó en una moto guiada por un amigo, pero fueron seguidos por un auto, desde donde les dispararon. Fue en la esquina de Dorrego y Zeballos donde un tiro impactó en Jairo. El chico quedó tendido en la calle. A los pocos minutos una ambulancia lo trasladó al Hospital de Emergencias, donde finalmente falleció.

Triple crimen. Jairo Natanael era hermano de Jeremías Trasante, un pibe que cuando tenía su misma edad fue asesinado junto a Adrián "Patóm" Rodríguez y Claudio "Mono" Suárez en una canchita de Dorrego y Presidente Quintana, la madrugada del 1º de enero de 2012. Por el triple crimen de Villa Moreno cinco personas se encuentran procesados, entre ellos Sergio "El Quemado" Rodríguez, ex integrante de la barra brava de Newell's imputado como autor del hecho.

Aquella fatídica noche Jere, Mono y Patóm estaban esperando a otros chicos del barrio para festejar el año nuevo en casa de una amiga, cuando fueron sorprendidos por cinco hombres armados que bajaron de un utilitario, para vengarse de una balacera ocurrida horas antes, de la que había sido víctima Maximiliano "Quemadito" Rodríguez, hijo del Quemado. Buscaba a Ezequiel Villalba, sindicado como autor de esta balacera previa, pero al final terminaron asesinando a los tres chicos que esperaban en la canchita del club Oroño, de Villa Moreno.

Este año se realizará el juicio oral por el triple crimen. El 2 de enero pasado, a dos años de estos asesinatos, se realizó una marcha de antorchas desde Dorrego y Presidente Quintana hasta Tribunales provinciales, donde cerraron con un emotivo acto. En aquella oportunidad, Eduardo Trasante, quien hoy llora la muerte de otro de sus hijos, dijo: "Nuestros hijos tenían una vida por delante, no estaban enfermos y no eran soldaditos de nadie, pero que derramaron su sangre injustamente. Si vale la pena la sangre de nuestros hijos para que cambie la realidad de Rosario, pues que viva la sangre y la memoria de nuestros hijos Claudio, Adrián y Jere, siempre. Para que en Rosario podamos respirar un ambiente diferente".