Laureano Francisco Goria, de 23 años y conocido por sus íntimos por el sobrenombre de "Lechón", fue procesado por la jueza de instrucción Patricia Bilotta por el homicidio a escopetazos de Matías Podova, un pibe de 17 años que el pasado 8 de noviembre fue atacado en la vivienda que habitaba en avenida Santa Fe al 1600 de Granadero Baigorria. Además, la jueza extendió el procesamiento por la tentativa de homicidio contra un nene de 10 años, hermano de la víctima y herido en el mismo ataque. Ambos delitos fueron agravados por el uso de arma de fuego. El violento hecho fue el punto final entre dos familias que residían a menos de cien metros en el barrio ubicado detrás del hospital Eva Perón. Como réplica del ataque sobre la familia Podova, Gladys Noemí Ramírez, de 49 años y madre del ahora procesado, fue apuñalada en el abdomen en la puerta de su casa de La Cautiva al 1600 y debió permanecer internada varios meses.
De la fiesta a la tragedia. La tarde del viernes 8 de noviembre de 2013 una serie de llamados al 911 alertaron sobre violentos incidentes entre los integrantes de dos familias vecinas. Los Goria, que residen en La Cautiva al 1600, donde tiene un taller de reparación de motos; y los Podova, domiciliados a la misma altura por la avenida Santa Fe. Días antes las dos familias habían compartido un cumpleaños en la localidad de Villa La Ribera, sobre la margen izquierda del río Carcarañá. Las razones de la sin razón de los hechos dieron origen a la causa 1147/13 del viejo sistema de procesal penal y fueron explicadas de diversas maneras por los protagonistas. De un lado acusaron a la otra parte de un robo y de haberse enriquecido vendiendo droga y dólares truchos. Del otro lado la denuncia cruzada colocó la excusa a partir de una pelea callejera en el ámbito de la fiesta de cumpleaños del 1º de noviembre en La Ribera. También se habló de hechos de indignación a partir de violencia doméstica a un lado y robo de motos al otro.
Aproximadamente a las 18 de aquel día, en casa de los Podova, Daniela F. estaba junto a sus hijos Jorge, de 19 años; Matías, de 17; Pablo, de 10; y Carla, de 8. De acuerdo a las declaraciones de los sobrevivientes, Laureano Goria acompañado por los apodados "Triclón", "Murdok" y el hermano de éste, "El polaco", atacaron a sangre y fuego la vivienda desde el frente.
Los testimonios citados por la jueza Bilotta exponen que la casa fue tomada por asalto y con ferocidad con disparos de una escopeta y un revólver. En ese marco Matías Podova fue primero herido y luego rematado en el piso con un disparo de escopeta en el pecho mientras yacía en el interior de la casa y su hermano Pablo recibió perdigonadas en el abdomen. "Estas cuatro personas entraron a los tiros a mi casa y allí fue que a mi hijo Matías le disparó Laureano con el arma larga (una escopeta). Laureano se acercó a mi hijo Matías quien yacía en el piso en la puerta del baño, entre las dos habitaciones, y le disparó otro tiro", explicó en su declaración Daniela, la madre del pibe asesinado.
De los mencionados como los atacantes sólo Goria fue detenido pocas horas después del hecho cuando su madre, Gladys Noemí Ramírez, ya estaba internada en el hospital Eva Perón con una puñalada en el abdomen. En el bolsillo de su pantalón la policía le incautó cuatro vainas servidas calibre 32.
Yo sólo fui a ver. En su indagatoria, Goria dijo que todo comenzó cuando uno de los hijos de Podova quiso robar en su taller de motos. Eso motivó una pelea a trompadas y amenazas de muerte por parte del jefe de la familia Podova, apodado "Papi". Sobre los casquillos que llevaba en el bolsillo dijo que eran para hacerse una pulsera y que su madre fue apuñalada en un supuesto robo cuando bajaba de un taxi al regresar de Rosario. Sobre el ataque a balazos dijo: "El quilombo que vi era una balacera en la casa de los Podova. Yo me quedé mirando de onda, soy bastante gil, y me quedé mirando. Yo salí de mi domicilio, a cien metros de la casa de los Podova, donde vi todo el revuelo de gente y me acerqué a ver y me quedé mirando la balacera".
A su turno, Pablo Podova relató que el que le disparó a Matías fue Laureano. "Cuando le disparó a mi hermano me saltó a mi en la panza y a mí mamá le pegó acá en la oreja", dijo el nene de 10 años. La defensa de Goria le preguntó al menor ¿cómo sabía que fue Laureano el que realizó el disparo que causó la muerte de su hermano? Y Pablo respondió: "Porque mi mamá estaba llamando por teléfono a la policía y mi hermano dijo «a mi mamá no le tiren» y se puso en el medio. Y Laureano le pegó acá (se tocó el pecho), porque mi mamá estaba en el patio de adelante. Yo esto lo vi porque estaba cerca de mi hermano, mi hermano estaba en el suelo y Laureano llegó hasta la puerta de adentro y le tiró".
En un allanamiento en la vivienda de los Goria, "sobre la mesa del comedor de dicha vivienda se hallaron 12 cartuchos color amarillo intactos con la inscripción en su culote Orbea calibre 12, como así también una caja vacía de cartuchos marca Orbea calibre 12. Y que atento el resultado de pericia balística corresponden a la escopeta que las víctimas referencian haber sido usada por el imputado y con la cual hirió de muerte a Matías Podova y causó lesiones de consideración a Pablo", describe la jueza en su dictamen. Y agregó: "La ampliación del informe balístico concluye que los nueve cartuchos servidos calibre 12 remitidos han sido percutidos por la misma arma del tipo escopeta que percutió el cartucho servido incriminado calibre 12 remitido. En suma, del mismo pudo acreditarse que los cartuchos hallados en el domicilio del imputado encuentran correspondencia con la evidencia del incautado en el escenario de los hechos", indicó Bilotta.
El dictamen de la jueza no hace mención a detenidos por la agresión recibida por Gladys Ramírez, la madre de Laureano Goria.