Angel Rubén Rodríguez, acusado de matar a un joyero y recapturado el miércoles tras pasar medio año fugitivo, se negó a responder ayer sobre las extrañas circunstancias que rodearon a su escape de la subcomisaría 2ª en diciembre pasado. La fuga se detectó por azar cuando la pareja del acusado denunció que el hombre había estado en su casa del barrio Parque Casas y la había golpeado. A pesar de ese relato, en la seccional negaron en un primer momento que el preso se hubiera escapado. Por esa trama oscura que se investiga en Tribunales, un comisario y un agente de la repartición ya fueron indagados por el delito de favorecimiento doloso de evasión.
La recaptura de Rodríguez por parte de la Tropa de Operaciones Especiales en cercanías del Jockey Club, el miércoles a la tarde, reactivó además el trámite hacia el juicio oral que tiene pendiente por el crimen del joyero Enrique Ariosti, ocurrido tres años atrás. En esa causa está procesado como autor de un homicidio calificado criminis causa (cometido para consumar o dejar impune un robo), un delito que prevé prisión perpetua.
La desaparición de Rodríguez había dejado en suspenso la preparación del juicio, pero ahora se reanudó la producción de pruebas y la citación de testigos para las audiencias, previstas para después de la feria judicial de julio. Lo juzgará un tribunal conformado por Julio García, Marcela Canavesio e Irma Bilotta. A cargo de la acusación estará la fiscal Cristina Herrera.
Rodríguez, a quien llaman "Fay", fue llevado ayer ante el juez de Instrucción Juan Andrés Donnola. Fue indagado por lesionar a su pareja (en un carácter cuya gravedad debe determinarse) y por haberse evadido bajo supuesto favorecimiento policial, pero se abstuvo de declarar. En simultáneo, mientras espera el juicio, cumple una condena a 5 años de prisión por robo calificado dictada por Sentencia 4.
Se fue. Hasta diciembre Rodríguez estuvo preso por el crimen del dueño de la joyería Platinor, de Sarmiento y Mendoza. Ariosti murió el 17 de mayo de 2011 en el Heca, once días después de ser baleado en una playa de estacionamiento de Mendoza al 1000 en el desenlace de un robo. El acusado fue procesado y la medida confirmada por la Cámara Penal.
Mientras esperaba el juicio "Fay" se escapó de la subcomisaría 2ª y se dirigió a su casa de barrio Parque Casas, le asestó una paliza a su pareja y huyó. La mujer acudió a la seccional 30ª y denunció la golpiza. Cuando el sumariante chequeó los datos, le replicó que el hombreestaba detenido en la seccional de Nuevo Alberdi.
La mujer insistió y el jefe de la comisaría 30ª fue hasta la sub 2ª para interiorizarse. Allí un preso se identificó como Rodríguez y la respuesta tranquilizó al oficial, pero más tarde en la subcomisaría tuvieron que admitir que el hombre había escapado. La versión que brindaron fue que lo habían dejado esposado a una ventana de la guardia y que logró zafarse en un momento en que lo dejaron solo para salir a un operativo.
Pesquisa. La fiscal Viviana Baliche y la jueza Correccional Marcela Canavesio iniciaron una investigación por el escape. Meses atrás la jueza definió que no se trataba de una simple fuga sino que habría existido un accionar doloso por parte de personal policial y por eso le dio intervención al juzgado de Instrucción 1, a cargo de Donnola.
Así, tras recibir la causa y ante la presunción de que Rodríguez gozaba de salidas no dispuestas por vía judicial, Donnola indagó a dos empleados de la subcomisaría 2ª: un comisario de apellido O. y un agente de apellido T. que están en libertad y fueron acusados del favorecimiento doloso de la evasión. Según fuentes de la causa, no se descarta que a pedido de la fiscal Baliche se produzcan más citaciones a policías.
Luego de estar seis meses prófugo, Rodríguez fue recapturado el miércoles a las 19.30 por la TOE en Albarracín al 8200 y cuando intentaba abordar un Renault Clío. Los pesquisas que estaban tras sus pasos habían detectado que no se movía solo, cambiaba frecuentemente de domicilio y utilizaba dos autos, el Clío secuestrado y un Fiat Palio.