Un peón de albañil fue condenado hoy a prisión perpetua en la ciudad bonaerense de Mar del Plata, acusado de haber asesinado a su exnovia de 70 navajazos mientras ella tenía a su hija de 4 años en brazos, informaron fuentes judiciales.
Un peón de albañil fue condenado hoy a prisión perpetua en la ciudad bonaerense de Mar del Plata, acusado de haber asesinado a su exnovia de 70 navajazos mientras ella tenía a su hija de 4 años en brazos, informaron fuentes judiciales.
Se trata de Juan Agustín Torancio (25 años), quien fue condenado por el Tribunal Oral en lo Criminal 3 marplatense por el femicidio de Cristina Graciela Fuentes (32), ocurrido el 12 de diciembre de 2017 en la localidad de Batán.
Torancio fue condenado por unanimidad por el delito de “homicidio triplemente calificado por el vínculo en relación a la persona con la que se ha mantenido relación de pareja, con ensañamiento y alevosía, y por tratarse de una mujer mediando violencia de género”.
Los magistrados fallaron en línea con el pedido realizado por la fiscal del caso, Andrea Gómez, quien llevó adelante la investigación, y por el abogado de los familiares de Fuentes, Eduardo Carnicero.
El fiscal había señalado que se trató “prácticamente de un femicidio en flagrancia”, y a la hora de plantear los agravantes, había subrayado además la edad de la víctima, “la presencia de la menor al momento del hecho, con todo el sufrimiento que eso acarrea” y la existencia de otros tres hijos que la mujer había tenido con una pareja anterior, quienes “quedaron huérfanos de madre”.
El fallo del tribunal rechazó, en tanto, el planteo de la defensora oficial, Gabriela Zapata, quien no cuestionó ni la materialidad ni la participación del imputado en el crimen, pero realizó un planteo de inconstitucionalidad de la prisión perpetua prevista en la calificación pedida y solicitó que se aplicara la figura de homicidio simple, que prevé una pena máxima de 25 años.
Antes de que el tribunal diera a conocer el veredicto, Torancio pidió “perdón a toda la familia” de Fuentes y dijo que estaba “totalmente arrepentido de todo”.
Minutos después, mientras los jueces deliberaban, Agustina (19), hija mayor de la víctima que lucía una remera con una foto de la madre, se dirigió brevemente al imputado: “Juan, te perdono”.
Por Carlos Walter Barbarich