Los cuatro detenidos por el homicidio de Ulises Contreras, un chico de 16 años asesinado el sábado pasado en barrio Ludueña, permanecerán bajo prisión preventiva por los próximos treinta días por decisión de la jueza Raquel Cosgaya. En una audiencia celebrada ayer a la tarde la magistrada se pronunció tras escuchar al fiscal Adrián Spelta, que abogó por mantener detenidos a los sospechosos, contra el criterio de la defensora oficial Andrea Corvalán, que se oponía a esa pretensión .
Marcelo C., de 39 años; Sergio C, de 23; Ariel C, de 34, todos miembros de una misma familia, y Armando A. de 40, eberán permanecer en sus lugares de detención hasta que la fiscalía pueda aportar las pruebas necesarias para afrontar el eventual juicio venidero. La defensora oficial pidió a la jueza el traslado de los detenidos a la seccional 12, argumentando la cercanía de esa seccional con los hogares de los presos. de lo que la jueza tomó nota.
En tanto uno de los presuntos autores materiales del homicidio, Diego C., quien es mayor de edad, está prófugo. Un quinto implicado, Amílcar C, se encuentra alojado en el Instituto de Recuperación del Adolescente de Rosario (Irar).
Los cuatro detenidos declararon ante la jueza Cosgaya que no se encontraban en el lugar en que se produjo el homicidio de Contreras y dijeron haberse sorprendido cuando la policía allanó sus viviendas, el domingo pasado al mediodía, para detenerlos por estar sospechados de haber participado del del crimen.
Presunta venganza. Ulises Contreras vivía en Esquiú al 6100, a unas seis cuadras de donde fue mortalmente herido, en pasaje Einstein entre Liniers y Teniente Agneta. Según fuentes policiales, el adolescente tenía una sola anotación penal en el juzgado de Menores a cargo de Carolina Hernández por un robo a mano armada que se le atribuyó el año pasado. Según fuentes policiales, la motivación del crimen de Ulises habría sido una venganza.
La madrugada posterior al homicidio aún deparaba una desagradable noticia cuando el lunes a las 3.15 de la madrugada tres jóvenes que se dirigían al velorio de Contreras, en Esquiú al 6100,fueron interceptados por Prefectura en la intersección de Solís y Magallanes, en pleno barrio Ludueña e interrogados bruscamente, lo que dio lugar denuncias por apremios (ver aparte).
Según fuentes ligadas a la investigación, la reyerta de Contreras con la familia C. es de vieja data. Tanto es así que la madre del muchacho había denunciado a los atacantes por agresiones contra su hijo. "Lo habían baleado en otras ocasiones, pero nunca lo habían herido", aseguró.