Dos hombres fueron detenidos ayer en el marco de una serie de ocho allanamientos en el marco de la investigación de la masacre ocurrida la noche del viernes en barrio Alvear que terminó con dos muertos y nueve heridos. Entre los elementos secuestrados de interés para la investigación hubo tres armas de fuego y 25 celulares, material que será peritado para establecer sus posibles vínculos con el brutal ataque. En ese sentido, la información podría darle más forma a la presunción de que los agresores fueron reclutados por alguien que ordenó el ataque y, entre otras pistas, no se descartaba que haya sido desde la cárcel de Coronda.
Los allanamientos fueron ordenados por el fiscal de Homicidios Ademar Bianchini que investiga el violento episodio en el que mataron a Emilce Sosa, de 16 años, y a Miguel Quintana, de 50. "Todo pasó en menos de dos minutos. Pasó el auto, se bajaron dos con metras y empezaron a disparar. A la piba que mataron primero la hirieron y cuando quedó en el piso la aseguraron con una ráfaga de metra", contaron a este diario vecinos de Manantiales al 3700 sobre la brutal balacera desatada a las 20.30 del viernes. El hecho terminó con otras nueve personas heridas, entre ellas tres niñas que jugaban en la vereda (ver aparte).
Según fuentes del Ministerio de Seguridad la investigación comenzó apenas perpetrados los homicidios. Con testimonios, y por medio de lo que en la jerga policial se conoce como "información de calle", se determinó que la zona determinada por la avenida Uriburu al sur, bulevar Seguí al norte, avenida Francia al oeste y circunvalación al este es un territorio que, en lo referido a la venta de estupefacientes, está liderado por un conocido hampón que es jefe de un clan cuyos principales lugartenientes están alojados en la cárcel de Coronda.
Así se llegó a obtener una serie de datos sobre unas tres o cuatro personas que podrían haber participado en la agresión que terminó con la vida de Sosa y Quintana. Se presume que los atacantes pudieron haber sido reclutados por otra persona.
La información colectada dio paso a una serie de ocho allanamientos que se practicaron ayer a la madrugada en la zona sudoeste, en cercanías de donde ocurrió la masacre. Uno fue en Avellaneda al 4500, donde vive una mujer de 29 años identificada como Bibiana Rosa M.
A una cuadra de allí, en Avellaneda al 4600, se allanó la vivienda de la madre de ésta, María M. También se requisaron otros sitios donde viven personas que estarían ligadas a la mujer de 29 años en Dean Funes entre Lima y Manantiales; Nahuel Huapi al 4700; Rio de Janeiro al 3400; Patagones al 4100; Patagones al 4300 y Cerrillo 3700.
Los detenidos fueron identificados como Gastón Alan A., de 24 años, y Sergio Daniel O., de 34. Según los voceros consultados, en poder de los sospechosos se hallaron una pistola semiautomática Bersa Thunder calibre 9 milímetros con seis municiones, un revólver calibre 38 con seis municiones y una pistola semiautomática Bersa Mini Thunder calibre 40 con 15 cartuchos y la numeración suprimida.
Además se incautaron una moto Yamaha Crypton azul con motor y chasis adulterados así como un total de 25 teléfonos celulares en funcionamiento, de distintos marcas y modelos.
Pistas
El jefe de la Policía de Investigaciones (PDI), Marcelo Albornoz, sostuvo ayer que "una pista apunta a una banda de narcomenudeo de la cual varios integrantes están en la cárcel".
En conferencia de prensa, Albornoz subrayó que "en los allanamientos encontramos armas compatibles con los ataques y las pericias que se están realizando sobre los elementos secuestrados servirán para confirmar la información que recabaron los detectives, que conducen a presos del servicio penitenciario que estarían implicados".
"No podemos afirmar —agregó— algo que tenemos en forma verbal. Lo tenemos que documentar y estamos trabajando para lograr más precisiones".