Buenos Aires.- Un perito que asegura que ningún extraño ingresó al departamento en el cual en enero de 2007 asesinaron a Solange Grabenheimer y la especialista que realizó la autopsia psicológica de la víctima y se inclinó por una autora femenina del círculo íntimo, complicaron a la única imputada por el crimen, Lucila Frend, en la quinta jornada del debate ante el Tribunal Oral Criminal 2 de San Isidro.
El comisario inspector Marcelino Cottier, quien fue jefe de la Policía Científica de San Isidro, ratificó que de acuerdo al análisis que hizo de los accesos al departamento de la localidad bonaerense de Florida donde Solange fue asesinada el 10 de enero de 2007, nadie ingresó por la fuerza al lugar. "No encontramos en la puerta de acceso inferior ni en la puerta del balcón de la habitación de la víctima signos de que fueran violentadas". También comentó un elemento clave para la acusación, referdido a huellas de un presunto asesino. "Se investigó el estado atmosférico y era un día con lluvia. No se encontraron pisadas y ningún signo de transferencia de barro o arenilla desde el exterior", señaló.
El licenciado en criminalística también expuso sobre la probable secuencia del crimen, que pudo inferir a partir del tipo de manchas y la cantidad de sangre encontrada en la cama donde asesinaron a Solange. Cottier aseguró que lo más probable es que quien cometió el crimen haya abordado a la joven cuando "dormía recostada sobre su lateral derecho" y que el ataque continuó con la víctima "boca arriba sobre la cama", posición en la que le aplicaron las cuatro puñaladas en el cuello.
Cottier dijo que de acuerdo al "ángulo de incidencia de la hoja del cuchillo, el asesino usó la mano izquierda", algo que también complicó a Lucila, que es zurda. También relató que encontró sobre los muslos y tobillos de Solange "rastros papilares causados por alguien que manipuló el cuerpo impregnado de sangre y sin guantes", pero que lamentablemente esas huellas digitales eran parciales y estaban empastadas por la cantidad de sangre y que por ello no pudo extraerse una impronta para cotejo.
El perito dijo que esos dedos deben ser de quien cometió el asesinato y que quedaron cuando "rotó el cuerpo" para tirarlo abajo de la cama, como fue encontrado.
Asimismo, mencionó que él estudió el lugar del hecho una semana después del crimen y que la escena no estuvo debidamente preservada: "Había una silla y un cajón sobre la cama de la víctima. Una abogada me dijo que habían dejado entrar a la madre de Solange para retirar una documentación".
Cambios bajo la lupa. Otro testigo fue la perito de Gendarmería que realizó la autopsia psicológica de Solange, la licenciada Sandra Musumeci, quien se refirió a la innovadora técnica basada en el análisis de los hábitos de la víctima y entrevistas con su entorno para poder sacar conclusiones. "Creo que el móvil ha sido pasional y por como venía Sol con su crisis, es probable que el victimario se haya sentido abandonado o traicionado. En este caso concluí que el autor es sin duda alguien que no pudo aceptar un cambio o un límite impuesto por Sol".
Cuando el fiscal Alejandro Guevara le preguntó si el autor era hombre o mujer, contestó: "No pude comprobar que fuera masculino. No hubo violación, robo o violencia". Y volvió a introducir una relación lésbica no consentida por Sol como posible desencadenante del crimen. "Sol estaba experimentando. Era claramente heterosexual, lo que no la privaba de experimentar otras variables como las relaciones con personas de su mismo sexo", dijo. Y mencionó que Sol estaba leyendo el libro Eva Luna, de Isabel Allende, que trata de "una chica que crece en un mundo masculino y obtiene contención en la homosexualidad y la prostitución".
Musumeci señaló que de acuerdo a su estudio, Solange tenía conflictos con Lucila Frend por la convivencia, con su padre Roberto Grabennheimer por su trabajo y con su novio Santiago Abramovich por las idas y venidas de la pareja. "Estaba atravesando una profunda crisis existencial. Estaba a punto de cambiar su estilo de vida, reorganizando sus valores. Lo prioritario para ella era lo social, no lo laboral", dijo la especialista. - (Télam)
Dudas
El presidente del Tribunal puso en duda la validez de la autopsia psicológica a Solange, pero la perito que la hizo explicó que la técnica nació en los años 20 en París para estudiar casos de suicidios y que ella la trajo al país. “No hay víctimas casuales. Si conocemos a la víctima es probable que conozcamos a la persona que quiso hacerle daño”, sostuvo.