Otra vez un robo con delincuentes vistiendo ropas del Correo Argentino. Son incontables los hechos similares registrados los últimos días en distintos puntos de la ciudad y siempre con el mismo ardid: entregar sobres o encomiendas. Ayer actuaron dos hombres armados y uno de ellos vestía el uniforme de la empresa postal estatal. Entraron cerca de las 9 de la mañana a una conocida inmobiliaria de la zona sur y luego de reducir a dos empleadas y a una clienta que se hallaba allí, se retiraron con un monto aproximado de 5 mil pesos y efectos personales de las trabajadoras.
El propietario de la inmobiliaria de San Martín al 3000 es Ricardo Domínguez, quien sostuvo en horas de la tarde a La Capital que "dos tipos armados vestidos con ropas del Correo Argentino entraron y metieron a las chicas en el baño". Y que tras el hecho "llamamos a una ambulancia que llegó a los 15 minutos, y a la policía que lo hizo al instante".
El truco. Matías, uno de los hijos del empresario, dijo que "serían las 9 cuando una persona se acercó a la puerta del negocio. Llevaba puesto el uniforme del Correo. Al abrirle sacó un arma y en ese momento apareció otro muchacho, también armado, que redujo a las chicas que trabajan a la mañana y a una clienta" que ocasionalmente se encontraba en el local.
Esa clienta es Angela, quien tiene un negocio por la misma avenida San Martín y arreglaba cuentas y alquileres con la inmobiliaria en el momento en que entraron los ladrones: "Yo estaba de espalda cuando Sabrina y Gabriela, las dos chicas que trabajan ahí, abrieron la puerta a los tipos. Los dos entraron a los gritos pero sin tratarnos mal. Me pusieron un revólver en la cabeza y me agarró taquicardia. Fue un momento horrible", dijo ayer por la tarde, aún angustiada.
Los delincuentes hicieron desplazar a las tres mujeres hacia el fondo del local y a Gabriela y Sabrina les pidieron el dinero de la caja antes de hacerlas tirarse en el piso y maniatarlas con precintos. En tanto Angela, que es mayor que las empleadas y no se sentía para nada bien, pidió quedarse sentada.
Inteligencia previa. "Yo conozco todo acá, sé que vos manejas la plata", le dijo el ladrón a una de las chicas mientras le apuntaba con un revólver y demostraba tener al menos una mínima inteligencia previa de los movimientos del negocio. En tanto su compañero, a poco de haber entrado, le insistía: "Vamos Tito, apurate que nos vamos".
Así fue que lograron robar unos 5 mil pesos de la caja, dos carteras de las víctimas y los celulares de las mujeres. Matías Domínguez manifestó que la de ayer "es la segunda vez que nos roban en 40 días, pero esta vez vinieron disfrazados".
Cuando los ladrones huyeron dejaron a las dos empleadas maniatadas y en el baño, y a Angela sentada en un escritorio. La mujer, entonces, fue hasta donde estaban las chicas y las ayudó a desatarse. "Fuimos hasta la puerta y pedimos ayuda, pero Gabriela y yo quedamos muy shockeadas y nos tuvo que atender la ambulancia", dijo la clienta del negocio.
Una saga. No es la primera vez que falsos carteros cometen un robo rápido y audaz. El miércoles pasado se registró un asalto de características similares en una vivienda de pasaje Mármol al 1200 (Mendoza al 4800), en el barrio La República. En esa oportunidad los delincuentes vistiendo uniforme de la empresa de correo preguntaron por los dueños de casa y tras lograr que les abran la puerta se alzaron con unos 20 mil pesos. También hubo un atraco con falsos carteros el 18 de octubre en una vivienda de 9 de julio al 3900, donde robaron alhajas, celulares y ropa; otro se registró el 16 de septiembre en Maestro Massa e Iriarte, en el barrio La Florida, de donde se llevaron 120 mil pesos; uno más el 24 de julio en Humberto Primo al 900 de donde se llevaron un televisor; y el 5 de agosto pasado el ex vicegobernador Antonio Vanrell tuvo un robo similar en su casa de Zeballos al 4100 y le sacaron 16 mil pesos.
Licenciaron al jefe de una comisaría cuestionada
El comisario Diego Alvarez, a cargo de la seccional 7ª de policía, fue licenciado por el Ministerio de Seguridad de la provincia mientras se aclaran una serie de hechos que se dieron en su jurisdicción en los últimos días y que ponen bajo sospecha su desempeño. En ese marco, anoche se conoció extraoficialmente que el juez federal Marcelo Bailaque rechazó hacerce cargo de la causa que investiga la muerte del joven Franco Casco, que estuvo preso en esa seccional, y que el Defensor General provincial había solicitado que se investigue como un caso de "desaparición forzada de persona".
El caso que más repercusión tuvo y que puso en jaque el accionar de la seccional de Cafferata al 300 fue la desaparición y muerte de Franco Ezequiel Casco, el chico de 20 años oriundo de Florencio Varela que visitaba a sus familiares en Rosario y que resultó detenido en esa comisaría en circunstancias poco claras y bajo la acuación de desacato. Tras ello hubo un sinnúmero de irregularidades que llevaron a la familia del joven, a varias organizaciones sociales y al propio Ganón a pedir justicia en una multitudinaria marcha.
Franco fue apresado el 7 de octubre y nunca más se lo volvió a ver. Recién el jueves 30 de ese mes personal de Prefectura Naval descubrió su cadáver flotando en aguas del río Paraná, cerca del Monumento a la Bandera. La mamá del muchacho, que llegó a Rosario en busca de su hijo, dijo que antes de reconocerlo en el Instituto Médico Legal el fiscal le mostró fotos donde se lo veía fuertemente golpeado y acusó directamente a los policías como los autores de su muerte.
Ganón apoyó la postura de la mujer y pidió que la causa pase a la Justicia federal para ser investigada como una "desaparición forzada de persona" ya que la última vez que se vio con vida a Franco fue en la seccional. Sin embargo, anoche se supo que el juez Marcelo Bailaque rechazó tal petición.
Interesado. A la polémica por el caso Casco ayer se sumó el gobernador Antonio Bonfatti. En una entrevista en Canal 5, el primer mandatario santafesino explicó que "en este caso soy el primero que quiere que se resuelva ya. Pero hay pericias, hay forenses, interviene un fiscal y esperamos que se resuelva. Pasó una semana", dijo. Y señaló que las pintadas en las que se acusa a la policía por la muerte de Franco, "fueron realizadas por grupos de militantes oportunistas, identificados perfectamente, que a siete días de ocurridos los hechos ya están condenando".
El último de los episodios que movilizó a la seccional ocurrió la noche del jueves cuando los 40 presos alojados en el penal de la comisaría se amotinaron y quemaron varios colchones ante la promesa incumplida de traslados a otros presidios. Todo se desencadenó cerca de las 20 y los Bomberos Zapadores apagaron las llamas provocadas por los internos, entre quienes no hubo lesionados.
Poco antes de medianoche cinco presos fueron derivados a la cárcel de Piñero y otro a la Unidad 3 de Ricchieri y Zeballos.
A eso, la tarde del martes se sumó el allanamiento que efectivos de Gendarmería Nacional realizó en un pasillo que se erige frente a la dependencia policial y donde funcionaba un privado del cual se llevaron demoradas a tres mujeres, una de ellas con un bebé de cinco meses.