Dos policías de la seccional 19ª acusados de integrar una banda dedicada a extorsionar a vecinos con pedidos de coimas a cambio de no abrirles causas penales, sumaron una nueva imputación en su contra. El fiscal de Delitos Complejos Adrián Mac Cormack los acusó de haberle exigido dinero al hermano de un vecino al que habían detenido por el robo de un auto, quien apenas salió de su encierro los denunció en Asuntos Internos. El juez Carlos Leiva les impuso a ambos la prisión preventiva sin plazos tras considerar que la denuncia es "verosímil". "La acusación fiscal resulta razonable, luce creíble y amerita ser investigada", evaluó ayer tras una extensa audiencia en Tribunales.
La nueva acusación recayó sobre Sebastián F. y Víctor D., dos de los cinco policías que el año pasado quedaron detenidos por extorsiones varias en jurisdicción de la comisaría 19ª de bulevar Seguí al 5900. Los otros uniformados implicados, José G., el comisario Guillermo R.D. y Lucrecia B. se encuentran con prisión preventiva confirmada, aunque en el caso de la mujer tiene arresto domiciliario porque al ser detenida estaba embarazada de siete meses. Esa empleada también estuvo ayer en una audiencia: fue para imputarle la desaparición de un celular de la escena de un homicidio.
Asociación ilícita. El grupo había sido acusado en agosto pasado de integrar una asociación ilícita para cometer delitos varios como encubrimiento, robo y secuestro extorsivo vinculados con pedidos de dinero a vecinos para no inventarles o abrirles causas penales.
Los hechos ocurrieron entre el 12 de marzo y el 12 de agosto de 2014 e incluyen casos como no notificar de una balacera y contactar a un implicado para exigirle dinero, allanar sin orden un comercio y secuestrarle la mercadería hasta obtener un pago y "vender" una libertad.
Por el nuevo hecho, en una audiencia celebrada el viernes los policías D. y F. quedaron acusados además de apremios ilegales, extorsión y falsedad ideológica agravada por su condición de funcionarios públicos. Si bien están presos por los casos anteriores, ayer se definió que queden en preventiva sin plazos por este nuevo incidente. Pese a los planteos de los defensores particulares, el juez Leiva evaluó que no existe riesgo de fuga pero sí de que intenten entorpecer la investigación.
El hecho ocurrió el 26 de junio pasado en Garzón al 3600. Según el acta labrada por los policías, que el fiscal tildó de falsa y que los policías reiteraron al pie de la letra cuando declararon ante el juez, a la 1.30 de la mañana los efectivos vieron circular a alta velocidad y en contramano a un Ford Focus en avenida Perón y Garzón, encendieron las balizas y persiguieron el auto que iba "con tres ocupantes" hasta que se encajó en una cuneta. Dos "escaparon por el techo" pero en el auto quedó el conductor, a quien detuvieron luego de que opusiera resistencia y se trabaran en lucha. Lo llevaron preso y luego se determinó que el auto había sido robado un día antes.
No fue así. Sin embargo, esa misma tarde, a las 15.15, se presentó en Asuntos Internos el supuesto conductor del auto, un chofer de la empresa Quilmes que vive enfrente del lugar donde quedó inmovilizado el Focus, quien dio otra versión. Este hombre dijo que estaba viendo televisión (un viernes a la noche) cuando escuchó el ruido de un choque y salió a ayudar a los que iban en el auto, un muchacho joven y un acompañante. Se ofreció a maniobrar, dada su experiencia de chofer, y entonces llegó la policía. Dijo que entraron a su casa, lo golpearon, le robaron plata, lo subieron al móvil y también se llevaron detenida a su mujer porque reclamaba.
Cuando su hermano fue a interiorizarse a la comisaría reconoció en la puerta al policía F. —que estaba acompañado de su colega D.— como un cliente de su negocio de venta de autopartes. En esa charla, según la denuncia, F. le dijo que su hermano "estaba complicado" y que un abogado "le iba a costar 10 mil pesos", pero que ellos podían arreglar "por cinco mil cada uno". El hermano del detenido les ofreció 5 mil y, según dijo, Víctor D. recibió el dinero.
Sobre el final los policías pidieron declarar. "Llevo trece años en la policía. Los delincuentes te denuncian. La gente que me ha denunciado vive a la vuelta de mi casa. Me arruinó la vida este hecho", dijo F. "El conocimiento del mecanismo judicial es la cobertura que encontraban para realizar sus actuaciones", evaluó el fiscal, quien definió al grupo como una "célula" que realizaba este tipo de maniobras "constatadas por tres fiscales y un juez" de las causas asociadas a las extorsiones.