La Cámara Penal ordenó que la Justicia de Menores dicte un nuevo fallo sobre la violación seguida de muerte de Guadalupe Medina, una niña de 12 años brutalmente vejada y asesinada en una casilla en construcción de Villa Banana. Por el hecho estuvieron acusados dos jóvenes luego desvinculados y un chico que en ese momento era menor de edad y fue absuelto en mayo pasado, resolución luego revocada por un tribunal de segunda instancia que en el mismo fallo decidió declararlo penalmente responsable, lo que equivale a una condena.
Días atrás el caso volvió a ser revisado por otros camaristas que decidieron mantener la revocación de la absolución pero no confirmaron la condena sino que ordenaron que otro tribunal de Menores analice otra vez el caso para dictar una nueva sentencia para Francisco Gabriel Q.
Guadalupe, cuya familia cuenta con el asesoramiento del Centro de Asistencia Judicial (CAJ), vivía con sus padres y siete hermanos en una casilla de villa La Boca, en Villa Banana. El 25 de mayo de 2016 un vecino la encontró muerta en una ruinosa casa a medio levantar en Lima al 2900 que al parecer era utilizada como aguantadero. Había sido estrangulada y su cuerpo presentaba marcas de haber padecido tormentos con heridas en cuello, lengua, ingle, vagina y la zona anal.
Por esos días la zona era asolada por la llamada Banda de Pandu. Su líder, Nelson Aguirre, de 35 años y preso desde 2015, era señalado como jefe de una banda que captaba a pibes vulnerables para narcomenudeo y a la que atribuyeron homicidios, amedrentamientos y usurpaciones.
Por entonces Guadalupe se juntaba con miembros de esa banda, dos de los cuales quedaron imputados por la violación seguida de muerte de la niña: Mauricio "Chueco" C. y su cuñado Rodrigo "Wititi" B. Sin embargo, como fueron sometidos a pruebas de ADN que resultaron negativas no se les prorrogó la prisión preventiva aunque siguen vinculados al caso.
El tercer imputado, Francisco Q., tenía 16 años cuando ocurrió el hecho. Si bien el cotejo genético también resultó negativo en su caso, manchas de sangre de Guadalupe en una campera verde que según testigos vestía al momento del hecho lo incriminaron.
Sin embargo los elementos en su contra no fueron, para la jueza de Menores María del Carmen Mussa, suficientes para condenarlo por la violación seguida de muerte. Así, el chico fue absuelto por el beneficio de la duda en mayo de este año.
La resolución fue apelada por la fiscal Cristina Herrera y su análisis quedó en manos de los camaristas José Luis Mascali, Alfredo Ivaldi Artacho y Gustavo Salvador. Los magistrados le dieron otra relevancia al aporte de un testigo de identidad reservada que vio a Q. junto con la víctima y los otros acusados, y que además denunció haber sido amenazado el mismo día del hecho por los señalados, entre ellos Francisco.
A ese testimonio, los camaristas sumaron otros elementos como la campera verde que describió el testigo y en la que se hallaron manchas de sangre de Guadalupe, lo cual para el tribunal de segunda instancia resultó clave para dar vuelta la resolución de Mussa. Así, en agosto pasado la Cámara revocó la absolución y declaró a Q. como coautor penalmente responsable de la violación seguida de muerte.
Reenvío
El fallo de Cámara también fue apelado, en este caso por la defensa que reclamó que el caso volviera a primera instancia para que se dicte un nuevo fallo. Y días atrás se realizó una audiencia ante los camaristas Daniel Acosta, Guillermo Llaudet y Carlos Carbone.
La defensa insistió en que no hay material de ADN que vincule al adolescente con el brutal episodio, por lo que pidió el reenvío de la causa a primera instancia, planteo al que adhirió una asesora de Menores. Por su parte, la Fiscalía manifestó que no se descarta la coautoría de Q. en el hecho.
Finalmente, los camaristas decidieron confirmar la revocación de la absolución pero para que un nuevo tribunal de Menores vuelva a emitir una sentencia sobre el hecho.