El hombre que baleó a su ex mujer y luego se disparó en un negocio de fotocopias del centro murió
ayer a la mañana tras más de doce horas de agonía. Ella seguía anoche en grave estado,
hospitalizada en terapia intensiva, con un balazo en la cabeza.
Víctor “Quique” Rodríguez, de 50 años, murió ayer a la
mañana a raíz de los dos balazos que se disparó tras irrumpir en el negocio de su ex pareja, el
jueves a las 15.30, en medio de una profunda crisis emotiva que sobresaltó a los vecinos de Mitre
al 1400. Mónica Adriana Juárez, de 53 años, recibió un disparo que, en apariencia, rozó su mano, en
un movimiento instintivo para atajar el ataque, y terminó impactándo en la frente.
La policía presume que el incidente se desató por cuestiones derivadas
de la ruptura de la pareja. Quique y Mónica mantuvieron una relación durante décadas y tienen un
hijo de 29 años. Se habían separado hace un año y según información recogida por la policía cada
uno se había quedado con un negocio del mismo rubro.
Rodríguez irrumpió en el negocio y comenzó a discutir con su ex mujer
con tanta energía que un chico de 17 años que colaboraba en el local se inquietó y salió a pedir
ayuda a sus vecinos. El dueño de una verdulería que está al lado entró a la fotocopiadora y le
pidió al hombre que se serenara. Pero Rodríguez lo amenazó con el arma por lo que el verdulero se
retiró. Cuando salía escuchó cinco disparos.
Al reingresar el verdulero encontró a los ex esposos en el suelo. Ella
fue llevada al Hospital Centenario, donde permanecía anoche, con pronóstico reservado. El fue al
Hospital Clemente Alvarez donde murió a la mañana. Era donante de órganos por lo que hubo un
operativo de ablación del Incucai.
La autopsia. La gran incógnita desde el jueves había sido cómo Rodríguez se las había
arreglado para dispararse dos tiros en la cabeza. La autopsia ayer sugirió que el primero no afectó
una zona vital y que por ello reiteró la acción, dado que el arma utilizada era un revólver que
exigía ser gatillado por cada disparo.
“En el lugar se encontraron cinco vainas servidas lo que implica
que hubo cinco disparos. Pero los dos primeros presumiblemente fueron al aire”, dijo el jefe
de la comisaría 2ª, Daniel Cabrera.
La autopsia corroboró que Rodríguez tenía dos disparos en la cabeza que
entraron por la región derecha del cráneo. Uno quedó impactado en la región frontal izquierda y el
otro, aparentemente el que resultó fatal, ingresó por el ojo y quedó alojado en la cavidad del
cráneo.
El arma de la que salieron los disparos es un revólver calibre 22 marca
Bagual con un tambor para nueve proyectiles. La policía corroboró que había varias balas percutadas
que no salieron del tambor.
Lucas, el hijo de la pareja, no pudo prestar declaración por el estado
de conmoción que sufrió tras el episodio. “Son magníficas personas los tres. Es una
tragedia”, comentó un vecino del comercio. El muchacho vive en Funes y será crucial tomarle
declaración para orientar la pesquisa.
Pocas dudas. Sin embargo, aunque la investigación judicial es preliminar, nada sugiere para
la policía que la mecánica del hecho haya sido otra cosa más que un ataque del hombre a su ex mujer
seguido de suicidio.
“El hombre gatilló nueve veces: hay cuatro proyectiles percutados
que no salieron y cinco que sí salieron. Esto daría a entender que disparó en un ataque de
ira”, comentó una fuente policial.
Anoche Mónica Juárez se encontraba en estado comprometido. “Tiene
una hemorragia encefálica muy grave”, agregó el vocero del caso. l