“No es cierto que a mi mamá la mataron”, repetían entre sollozos las dos hijas de 6 y 10 años de Claudia Vargas, la chica de 24 años que el sábado a la noche recibió un balazo mortal en la cabeza en el desenlace de una discusión que protagonizó con su esposo en una vivienda del barrio Alvear. Algunos vecinos apuntaron al hijo del marido de la joven, un adolescente de 16 años, como quien disparó el tiro fatal. Tras el ataque, los dos hombres se subieron a una pick up y se marcharon. Hasta anoche no habían sido localizados por la policía.
Todo se inició en el departamento 3 de un complejo de viviendas de pasillo situado en Constitución al 4000, entre Centeno y Doctor Riva. Una fuente policial señaló que, cerca de las 22 del sábado, Daniel M., un fletero de 40 años, comenzó a discutir con Claudia. Al parecer, el motivo de la disputa era un faltante de dinero de la joven asesinada.
La disputa. “La chica decía que el hijo del hombre le había robado la plata. Como el hermano se iba a casar, con ese dinero ella iba a comprarle zapatillas a una de las hijas”, contó Natalia, que vive en uno de los departamentos. La disputa fue presenciada por el hijo de Daniel M. y las dos hijas de Claudia, que vivían con el matrimonio desde hacía tres años.
En medio de la acalorada discusión, Daniel M. salió a la vereda y Claudia fue detrás de él. Cuando la pareja ya estaba en la vereda, el hijo del fletero recorrió el extenso pasillo que lo separaba de la calle. Caminó con un arma de fuego en una de sus manos hasta que se topó con el padre y la mujer. Cuando estuvo frente a Claudia, sin que haya habido un diálogo previo, pulsó el gatillo del arma que portaba. Un balazo perforó el hueso parietal del cráneo de la joven. La muchacha se derrumbó agonizante en la vereda y murió en segundos. Cerca del mediodía de ayer, en el lugar donde se desplomó la joven asesinada no se distinguían manchas de sangre, pero sí un charco de agua.
“Iba a pasar”. Desesperado por la brutal escena, Daniel M. le gritaba al hijo: “Te dije que esto iba a pasar. Andate”, según contó Natalia, mientras miraba a la mujer tendida en el suelo. “Después que le tiró, el pibe le siguió pegando en la cabeza, pero ya estaba muerta. La dejó tirada como un perro. El padre lo subió a una camioneta y se fueron”, explicó la mujer a La Capital.
El vocero policial consultado señaló que los dos hombres se esfumaron en una pick up Ford F100 roja. Al cierre de esta edición no habían sido localizados por la policía. Ayer varios vecinos con los rostros desencajados se habían arremolinado en el ingreso al complejo de departamentos ubicado en una barriada de clase media.
Algunos vecinos contaron que el adolescente que disparó el balazo que terminó con la vida de Claudia incursionó en el mundo del delito. “La policía vino algunas veces acá (por Constitución al 4000) y se llevó motos que eran robadas”, contó una mujer de la cuadra. A su vez, Natalia comentó que Daniel M. sabía que el hijo “tenía el arma” con la que abrió fuego. La mujer también dijo que Claudia se ganaba la vida trabajando en un bar para “poder criar y educar a sus hijas”.
El homicidio es investigado por el fiscal de Homicidios Rafael Coria. El disparo fue de un arma calibre 22. Padre e hijo hasta anoche estaban prófugos.