No hubo cena de Navidad feliz para los vecinos de la bajada "La Barbi", en Pueblo Esther. Es que el miércoles a las 19.40 Carlos Hugo Machado, un hombre de 50 años conocido como "El Gordo", fue asesinado de un disparo en el pecho a metros de su rancho en la desembocadura del arroyo Frías con el río Paraná.
Para los vecinos, hablar de sospechoso es un eufemismo. Al menos cinco personas vieron como José Damián A., de 27 años, abrió fuego contra Machado con un revólver 38 Special. Fue tanta la furia de los vecinos que la policía tuvo que interceder para que los allegados de la víctima no lincharan al acusado, a quien le quemaron la casa a pocos metros de la escena del crimen.
"No hay una explicación que cierre", comentó un vecino al reseñar una discusión entre víctima y victimario, la semana pasada: "Discutieron porque A. había usado una red para pescar del Gordo y se la había dejado con los pescados pudriéndose. El Gordo sólo le dijo: «Te portaste mal con lo que hiciste». Y no pasó nada más, hasta que anoche el Gordo pasó por adelante del rancho de A. y éste le pegó un tiro en el pecho. No hubo discusión ni nada. Sólo le disparó", explicó.
La Barbi. El arroyo Frías es el límite entre Pueblo Esther y Alvear. En su desembocadura en el Paraná hay un asentamiento conocido como "Bajada La Barbi", entre la arenera Vignaduzzi y Astillero Punta Alvear, donde se aglutinan unas 50 viviendas entre ranchadas de pescadores, residencias de vecinos permanentes y casas de fin de semana.
En ese lugar la familia Machado tiene un nombre entre la comunidad de pescado res y vecinos. Son tres hermanos —Jorge, Cacho y El Gordo— que fueron construyendo a la vera del arroyo y del Paraná sus ranchos marcando con sus viviendas un triángulo imaginario. El predio tenía como particularidad que el Gordo usaba el baño, una construcción externa, de la casa de Jorge.
El Gordo fue el último en asentarse en el lugar, hace una década, y si bien tenía su domicilio fijo en Junín al 100 de Villa Gobernador Gálvez, buena parte de su vida la desarrollaba en este paraje. Padre de cuatro hijos —tres mujeres, el menor de 21 años—, ayer podían verse amarradas en La Barbi sus dos canoas: Jesús y Amadeu.
En el centro del triángulo de casas de la familia Machado, a cobijo de la sombra de sauces y eucaliptos, cinco años atrás construyó su rancho José Damián A. La vivienda quedaba en el camino que tenía que hacer el Gordo para ir al baño de la casa de su hermano Jorge.
Inexplicable. Durante estos años la relación entre los Machado y José fue cordial. Entre otras cosas, Carlos le había dado empleo. "El Gordo era muy buena persona. Lo que hizo para ayudar a este pibe (en alusión a José A.), le ayudó a hacerse el rancho y le dio trabajo como pescador. Pero este muchacho era un tipo difícil. No te diría pendenciero, era justiciero. Andaba armado y estaba muy paranoico en los últimos días", recordó un lugareño.
"Son cosas que no se entienden. El que lo mató no era buena persona. Hace días que andaba perseguido y por ahí aparecía con un balazo en una pata. El domingo hicimos la reunión de la vecinal y él vino a prepotear. «Están haciendo una reunión para sacarme de acá», nos gritó. Y mi esposa le dijo: «José, hace 15 días que fue convocada la reunión y cualquier vecino puede venir»", recordó un hombre.
Luego salió a cuento la discusión que tuvieron el Gordo y José la semana pasada por la red y los pescados podridos. "Hay muchos pescadores que están sin trabajo y los despertares del diablo suelen ser terribles. Es bastante difícil de entender lo que pasó porque los Machado solían invitar a sus fiestas o asados a José A.", graficó una fuente de la investigación a cargo de la jueza de Instrucción María Luisa Pérez Vara y del fiscal Carlos Covani.
Lo concreto fue que a las 19.40 del día de Navidad, Machado cruzó los diez metros que separaban su rancho del baño de la casa de su hermano. Y al pasar por delante de José A., sin que mediara discusión, este sacó un revólver 38 Special y le disparó en el pecho sobre el lado derecho. El Gordo cayó agonizante y sus familiares lo llevaron en auto al hospital Gamen de Villa Gobernador Gálvez, pero falleció antes de llegar.
José A. intentó huir a la carrera del paraje. Varios vecinos lo corrieron. En Reconquista sin número, a una cuadra del lugar, lograron detenerlo efectivos de la subcomisaría 15ª y de la Unidad Especial de Seguridad Rural. Para ese momento, el sospechoso había recibido una golpiza que motivó que fuera asistido en el hospital Roque Sáenz Peña.
Por otra parte, tras conocerse la muerte de Machado, vecinos y allegados a la víctima le prendieron fuego al rancho de José A, quien quedó detenido a disposición de la jueza Pérez Vara.