Javier Ezequiel López, de 24 años, fue condenado a pasar 10 años y 8 meses de prisión como autor del crimen de Carlos Fabián Armanino perpetrado la madrugada del 13 de abril de 2018 en Presidente Quintana y Chacabuco, en el corazón del barrio Tablada. Por el trágico hecho, en diciembre pasado y en el marco de un proceso abreviado, había sido sentenciado a 12 años de cárcel Facundo Ferrari como quien conducía la moto Honda Tornado de la que partieron los disparos letales.
Poco después de la 1 de la mañana del día del hecho, Armanino y su amigo Brandon estaban en la vereda de Presidente Quintana al 100 bis. Entonces, según un testigo, apareció por el lugar una moto tipo Tornado negra con dos pibes a bordo. “El que manejaba la moto -dijo- era blanco, con mechitas, con dos aros; y el acompañante era morocho, flaco, tenía un arma y le disparó a Carlitos y a Brandon”.
Según la reconstrucción de la Fiscalía realizada a partir de las declaraciones, Brandon alcanzó a esconderse atrás de un auto y vio a su amigo tirado en la calle mientras la moto se perdía por calle Esmeralda. Armanino recibió cuatro balazos, uno letal en la cabeza. Otros impactos dieron sobre la carrocería de un Ford Taunus estacionado y la ventana de una vivienda de la cuadra.
Tras el estupor, Brandon salió corriendo mientras gritaba “¡le pegaron, le pegaron!” y terminó siendo herido por un disparo que hizo el padre de Armanino que, fuera de sí, le echó la culpa por la muerte de su hijo y lo atacó con un revólver calibre 38 en la pierna y le recriminó: “Te voy a matar, mi hijo no tiene problemas con nadie”.
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Varios testigos del crimen declararon haber visto al “Javi del Fonavi” como quien efectuó los disparos y a “Ezequiel” como quien manejaba la moto Honda Tornado negra esa madrugada. En abril de 2018 agentes de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) allanaron la vivienda de López en Ayacucho al 4500. Al muchacho no lo encontraron pero, acorralado por los pesquisas, se entregó tiempo después en la Fiscalía. Poco después cayó Ferrari. Y en julio de 2018 los dos sospechosos fueron imputados por el asesinato.
Una hermana de Armanino declaró que sabía que “fue Javier porque lo reconocieron los vecinos que no quieren hablar por miedo”. Y otras personas que lo conocían aseguraron al declarar ante los investigadores que el muchacho “era una persona buena, que no andaba en nada raro, ni tenía antecedentes”.
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Poco más de un año después del crimen se celebró una audiencia preliminar al juicio en la que la Fiscalía había pedido 21 años de prisión para ambos acusados. Sin embargo el caso no llegó a las audiencias orales.
Esta semana, cuando transcurrieron más de tres años del hecho y luego de una prórroga extraordinaria de la prisión preventiva dictada oportunamente, Javier Ezequiel López aceptó su responsabilidad en un acuerdo entre el fiscal Alejandro Ferlazzo y el defensor Daniel Marini que fue validado por el juez Rodolfo Zvala. La condena fue a 10 años y 8 meses por cometer un homicidio agravado por arma de fuego y la portación ilegal de arma de guerra. “Resulta proporcional a la culpabilidad del autor considerando la modalidad de comisión del hecho, en la cual se demuestra un claro desprecio por la vida”, señaló el acuerdo que cerró el caso ya que en diciembre Ferrari había aceptado su propia responsabilidad en el caso.