"Y por eso me voy a ir a la mierda de este lugar". Amable, pero con muchísima bronca, Ariel dio por terminada la breve entrevista con este diario en la cual resumió la pesadilla vivida la noche del lunes, cuando fue sorprendido por dos ladrones armados justo cuando pretendía ingresar su auto al garaje de su casa de Granadero Baigorria. Los delincuentes ataron al muchacho de 37 años y a su esposa embarazada de cinco meses y se dedicaron a recoger "todo lo que tuviera valor".
Una hora después, cargaron el botín en el Volkswagen Voyage de sus víctimas —al cierre de esta edición no había sido localizado— y huyeron. El hecho es investigado por la comisaría 24ª.
Barrio lindo. Hace aproximadamente siete años que Ariel B. vive en una casa sencilla ubicada en calle Formosa al 200. Se trata de una zona residencial tranquila de Granadero Baigorria, a unas cuadras de la costa del Paraná.
"Un barrio lindo...", como alcanzó a decir el muchacho con cierta nostalgia atravesada por la angustia. Es que tiempo atrás ya había sufrido la visita de ladrones que le desvalijaron su vivienda, aunque —detalle no menor— en ese momento no había nadie.
"Después de aquella vez tuvimos que poner las rejas, la alarma...", empezó a enumerar, para dejar que la oración se desvaneciera ante lo obvio: ¿de qué sirve hoy convertir una vivienda en una suerte de fortaleza?
Adentro. El segundo robo, el que parece hacerlo pensar en una mudanza, ocurrió el lunes alrededor de las 22. La pareja volvía de realizar una consulta médica relacionada con el embarazo de la mujer en un sanatorio rosarino.
Ariel recordó que antes de ingresar el auto a su casa no percibió nada fuera de lo común en las adyacencias. "Prácticamente los descubrí adentro de mi casa. No sé cómo llegaron, tampoco si me estaban esperando", señaló el muchacho.
Tampoco pudo recordar en detalle la apariencia de los delincuentes. "Tenían gorras o capuchas, no les pude ver bien las caras", sostuvo el joven.
A punta de pistola, los ladrones —al parecer jóvenes— los ataron con una soga que encontraron en la propia casa y los encerraron en habitaciones distintas.
"Dentro de todo, no nos maltrataron", aclaró la víctima, para explicar que, "aunque sea", ni él ni su mujer fueron golpeados. Claro que no debe haber palabras para describir esa hora seguramente interminable durante la cual estuvieron a merced de los ladrones.
Lo que pudieron. Con sus víctimas bajo control, los delincuentes se dedicaron a recorrer la vivienda en busca de objetos de valor.
Según la escueta información aportada por la policía, los ladrones se llevaron electrodomésticos y no trascendió si entre los objetos faltantes había alguna otra cosa de valor o dinero.
Al preguntarle a la víctima, Ariel se limitó a responder: "Se llevaron todo lo que pudieron, todo lo que tenía valor", dijo antes de disculparse y terminar la nota.
Entre esas cosas, se llevaron el Volkswagen Voyage de las víctimas, que al cierre de esta edición no había sido localizado por la policía. Tampoco había sospechosos buscados por el hecho.