El aprovechamiento de la debilidad de personas que afrontaban deudas angustiantes, la presión extorsiva para hacerse ceder inmuebles entregados como garantías de préstamos, la desmesura del dinero exigido como retorno, la usurpación de una propiedad cedida como aval del dinero prestado y el robo de los bienes que esa casa tenía su interior. Todos esos pasos probados dieron dos hombres calificados como profesionales de la usura, uno de ellos directivo de una mutual, lo que acaba de merecer días atrás una imputación que va camino a condenas en juicio abreviado. Los dos quedaron presos.
Lo que se expuso en una audiencia judicial son mecanismos crueles para obtener réditos exorbitantes. La falta de escrúpulos llegó hasta hacerse transferir un campo en las afueras de Rosario acudiendo a la madre de la deudora, una anciana internada hacía ocho años con insanía mental: fueron con una escribana al geriátrico donde la alojaban y le hicieron cederles esa propiedad. Otro hecho fue tomar el departamento de un deudor, que vivía allí, y ordenar a dos hombres que usurparan la vivienda, lo que fue concretado. A este deudor le habían prestado un millón de pesos y un año después le exigieron 90 mil dólares, o sea, más de nueve veces más. El deudor terminó viviendo en una iglesia.
En el trámite la carga de evidencia fue tan abrumadora que los abogados de los acusados no abrieron la boca para ejercer defensa. Lo que expone paso a paso el caso es una acción donde los usureros se comportan, a la manera de Vito Corleone, con el aura de protección con que los mafiosos imponen sus servicios hacia personas sin capacidad de recurrir a un préstamo formal. Primero con expresiones de entendimiento, solidaridad y afecto. Después con la fiereza de un chantaje que despluma a los necesitados y los destroza emocionalmente.
Un campo
El sacar ventaja de la vulnerabilidad extrema de los que necesitan créditos es un denominador común en estos dos prestamistas de la ciudad de El Trébol imputados días atrás. Fue muy esclarecedor sobre sus modus operandi lo que dijo Silvina S., una mujer que necesitaba dinero para operarse y cayó en las transacciones tramposas de estos dos hombres, Horacio Martín Falzetti y Eduardo Fabián Hinny. Ambos fueron acusados de dedicarse a la usura de manera profesional y habitual.
En 2016 los usureros cedieron a Silvina S. en sucesivas entregas la suma aproximada de 20 mil dólares. Le requirieron la devolución de ese monto más una suma igual como intereses compensatorios al cabo de dos años. Como la mujer no pudo pagar esa cantidad exorbitante y desproporcionada le exigieron un pago adicional del 50% sobre los intereses pautados como punitorios: otros 10 mil dólares. Pero hubo algo más: le tomaron como garantía un campo del que Silvina era apoderada de su madre. Y lograron que la propietaria, internada en un geriátrico y mentalmente insana, se los cediera, según probó la fiscal Valeria Haurigot.
“Más o menos hace unos siete u ocho años que conozco, primero a Hinny y luego él me presenta a su socio Falzetti. Los conozco por medio de un vecino de Correa. En ese momento teníamos una sala de juego y estaba necesitando plata, efectivo, porque debía a proveedores de las máquinas de pool y debíamos alquileres al dueño del local. Me tomaron de garantía un campo de 29 hectáreas en una zona muy buena de Correa. Calculo que en esa época, en dólares billetes el campo estaría a unos veinte mil dólares la hectárea”, dijo Silvina.
Ese campo estaba a nombre de la madre de la mujer, que se llamaba Inés Biciuffa y ya falleció. Silvina tenía un poder porque su madre estaba muy enferma. “Yo les pedí plata, no recuerdo cuánto, pero fueron al geriátrico donde estaba mi mamá con la escribana Luciana Calcagno y figura como que mi mamá les vendió el campo. La venta no era real sino que era una garantía por el préstamo. Con el dinero que me dieron cambié el auto a un modelo más nuevo, refaccioné mi casa, pagamos maquinaria para la sala y alquileres adeudados. Yo creo que me habrán dado unos veinte mil dólares en mano”, dijo la víctima.
“Ellos querían que a los dos años les devuelva el capital con intereses, no querían cuotas periódicas. Cobraban el doble de lo que me habían prestado. Ellos vendieron el campo, me dijeron que cubrían la deuda, me daban dos departamentos y dinero en efectivo. Yo quería pagar pero me era imposible juntar toda esa plata de una. No tuve opción y tuve que aceptar esta propuesta y ellos vendieron el campo. Intervino la escribana del comprador, que es de Correa y se llama Miriam Pascualini”, sostuvo Silvina S.
Según S. los usureros le dieron por la venta del campo 50 mil dólares (si el campo tenía 29 hectáreas a 20 mil dólares cada una, su valor total superaba el medio millón de dólares) y le perdonaron la deuda inicial. También le cedieron dos departamentos en Villa María tasados en 30 mil dólares cada uno.
Un departamento
La otra situación usuraria y extorsiva recayó contra Marcelo T., quien tenía apremios económicos para sostener su vivero en Rosario y recurrió en 2018 a Falzetti y Hinny. Como paso previo a prestarle un millón de pesos le hicieron firmar la venta de un departamento en 27 de Febrero y Oroño. Era tal su apremio que T. cedió pero se quedó viviendo allí lo que para la fiscal demostraba que no hubo una verdadera compraventa del departamento. En febrero de 2020 los prestamistas hicieron ingresar a dos personas al departamento rompiendo la cerradura.
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Eso hizo que T. quedara en la calle y tuviera que ir a vivir a una iglesia. En una audiencia en mayo pasado en el Centro de Justicia Penal, al demostrarse tal estado antijurídico, los dos usureros que primero alegaban no haber hecho nada ilícito entregaron la llave del departamento, de propia voluntad, en el mismo estrado. Frente a la contundencia de la evidencia no formularon ninguna oposición.
Para este momento Hinny y Falzetti cambiaron de abogado y de estrategia. Dijeron ser amigos de T. y que éste les vendió el departamento de propia voluntad. Adujeron que no eran prestamistas, que compraron de buena fe y que no se iban a hacer cargo de ellos.
Pero un empleado de la fiscalía, Juan Carlos Díaz, para entonces había descubierto en el Registro de la Propiedad de Rosario que los usureros, a quienes buscaban embargar, tenían entre otros inmuebles un departamento de Tucumán al 3500 en el que hubo primero una donación a una mujer con afectación de un usufructo vitalicio para su madre. Por ese trámite se pagó una fortuna y por eso es muy llamativo que apenas dos años después se volvió a pagar para una desafectación de ese inmueble a fin de que pudiera transferirse. Eso fue indicio de una operatoria espuria y por ello desde la fiscalía decidieron contactar a la persona que aparecía vendiendo: era Silvina S. Así fue que los investigadores conocieron su historia con los usueros, cómo se vinculó a ellos y terminó entregando el campo de su madre a un precio irrisorio.
Aprovechadores
Ese es un mecanismo típico de la usura: aprovechar la vulnerabilidad de personas agobiadas de quienes logran hasta una dependencia psicológica. Uno de los usureros fue al cumpleaños de 15 de la hija de la tomadora del crédito. “Se llevan puestas a las víctimas explotando su estado de necesidad. Que no suelen ser personas sin recursos materiales e intelectuales sino gente a la que les ha ido mal, muchas veces comerciantes, y que se encuentran en estado de fragilidad emocional”, sostuvo Haurigot. Por ejemplo, cuando fue citada a declarar, Silvina S. afirmó sentir que los usureros la estaban ayudando. Fue un proceso personal y jurídico entender que la habían sometido económica y psicológicamente.
La esposa de Hinny se llama Griselda Barreto y es parte de la maniobra. Ella termina también imputada porque inscribe a su nombre bienes tomados a las víctimas de la usura.
"El negocio de la usura no está en el préstamo de dinero sino en comprar bienes inmuebles a un precio irrisorio", señaló Juan Pablo Díaz, auxiliar de la fiscalía. "El usurero da un préstamo con un retorno tan impagable que es obvio que se quedará con la casa que el deudor entrega como garantía. El negocio extorsivo está ahí: la jurisprudencia señala que eso es indicativo de usura. El usurero hace una operación inmobiliaria a precio de ganga", sostuvo Díaz.
Acusados
Diez días atrás hubo una audiencia presidida por el juez Mariano Aliau. Allí fueron imputados Hinny, Falzetti y Barreto por estas maniobras reiteradas, representados por los abogados Carlos Edwards y Marcela Mastandrea. También acusaron a dos hombres de usurpar, a pedido de los prestamistas, el departamento de T. ubicado en 27 de Febrero y Oroño. En ese lugar se apropiaron de todos los muebles, electrodomésticos y enseres que equipaban la casa.
Falzetti y Hinny fueron acusados de usura extorsiva agravada por habitualidad y profesionalismo. También por falsedad ideológica de instrumento público y robo simple. No solo les imputan aprovechamiento de las necesidades, inexperiencia y apremios de sus víctimas para obtener ventajas pecuniarias desproporcionadas. También los acusaron de haber robado.
Hinny y Falzetti quedaron presos con prisión preventiva por 30 días por decisión del juez Aliau. La fiscalía le probó solo dos casos pero supone que hicieron de manera sostenida negocios millonarios como usureros. Con el juicio abreviado que se proyecta se declaran nulas las escrituras de inmuebles que se hicieron en su favor y se le perdonan las deudas a las víctimas. Las penurias que pasaron, típicas en extorsiones usuarias, probablemente tarden más en disiparse.