Todos los condenados por el encubrimiento del crimen de María Marta García Belsunce pagaron hoy la fianza que les fijó el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 1 de San Isidro y recuperaron su libertad tras permanecer dos semanas presos.

Todos los condenados por el encubrimiento del crimen de María Marta García Belsunce pagaron hoy la fianza que les fijó el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 1 de San Isidro y recuperaron su libertad tras permanecer dos semanas presos.
La mayor caución, de 500.000 pesos, fue fijada para el cuñado Guillermo Bártoli, mientras que en el caso del vecino Sergio Binello, la fianza es de 400.000; para John Hurtig, 350.000; para Horacio García Belsunce (h), 150.000; y para el médico Juan Ramón Gauvry Gordon, 30.000 pesos.
Una vez que todos depositaron el dinero, los miembros del Tribunal enviaron un oficio a la Unidad 41 de Campana y a las 19.50 los cinco salieron en libertad caminando por la puerta del penal después de cumplir con los trámites de rigor.
En la puerta de la cárcel estaba la hermanastra de María Marta, Irene Hurtig, quien subió en su camioneta a su esposo Bártoli, que lucía cabeza rapada y chomba ancha azul, y a su medio hermano Horacio, que al igual que el resto no hizo declaraciones.
Hurtig sostuvo que “el monto de las fianzas es arbitrario, pero todos los amigos, especialmente los de John, ayudaron a juntar la plata” para que hoy pudiera recuperar la libertad. Irene adelantó que realizará los trámites para que su casa deje de ser “bien de familia” y poder colocarla como caución, de manera de poder retirar el dinero en efectivo aportado por allegados y, así, poder devolverlo.
El 4 de noviembre pasado, los cinco fueron condenados por el encubrimiento agravado del crimen de María Marta, cometido el 27 de octubre de 2002 en el country Carmel de Pilar. El tribunal dio por probado que todos sabían que María Marta había sido asesinada y realizaron distintas maniobras para encubrir el homicidio, como alterar la escena del crimen, gestionar un certificado de defunción “trucho”, evitar que llegara la policía, tirar una bala por el inodoro y, en el caso del médico, no realizar la denuncia por muerte violenta.
Luego de permanecer cuatro días en la DDI San Isidro, todos fueron alojados en la Unidad 41 de Campana, donde se reencontraron con el viudo Carlos Carrascosa, quien cumple allí una condena de prisión perpetua como autor del crimen de su esposa. (Télam)
Por Eugenia Langone