Un vecino de barrio Azcuénaga fue víctima ayer a la madrugada de un delito poco usual para la ciudad. Cuando circulaba con su auto por 27 de Febrero y Santiago, dos malhechores lo abordaron, lo privaron de su libertad durante 3 horas y lo pasearon por distintos cajeros automáticos para que retirara dinero. El audaz atraco tropezó con un problema: la víctima no tenía un peso en su cuenta bancaria. Cansados de probar con la tarjeta de débito, a la víctima la dejaron abandonada en 27 de Febrero y Paraguay, pero se llevaron su vehículo: un Renault Laguna que apareció poco más tarde en la villa La Lata.
Fue en ese lugar, una hora después de que la víctima hiciera la denuncia, que efectivos del Comando Radioeléctrico observaron en Paraguay al 3000 el auto robado con cuatro hombres en su interior y escoltado por una moto con otros dos muchachos. Al observar las balizas de la patrulla, los vehículos se pusieron en fuga hasta llegar a pasaje Cuzco al 1500 (Paraguay al 3100). Entonces, los ocupantes abandonaron el rodado y huyeron por un pasillo de la villa. En tanto, tres de los que viajaban en el auto fugaron hacia distintos puntos y el conductor ingresó en una casa donde finalmente lo detuvieron. Se trata de Sebastián Franco R., 19 años.
En un operativo para nada fácil, debido al hostigamiento de los vecinos del lugar, la policía también arrestó a la madre y a la novia del muchacho, secuestró el Renault Laguna de la víctima y la moto en la que iban los maleantes, la que había sido robada horas antes en Saavedral 900.
Cruzando lento. Todo empezó poco antes de la medianoche del miércoles cuando Pablo, de 33 años, circulaba por bulevar 27 de Febrero al oeste en su Renault Laguna. Se dirigía hacia su casa de barrio Azcuénaga bastante demorado, y en su cabeza retumbaba la promesa que le había realizado a su esposa: "No te hagas problemas que entre las 22.30 y las 23 estoy en casa". A poco de llegar al cruce con Santiago, un muchacho de campera blanca comenzó a cruzar tan lentamente que Pablo detuvo la marcha para no atropellarlo. Entonces un hombre le abrió la puerta del lado del acompañante y lo abordó. "Cuando frenó, de la nada apareció un muchacho y se le subió al auto. El no sabe con que arma le apuntaban. El otro (el de campera blanca) se subió por la puerta de atrás. Entonces lo hicieron recorrer varios cajeros automáticos. Mi marido tenía algo de dinero en efectivo en la billetera y todas las tarjetas que se las robaron. Pero no tenía dinero en su cuenta bancaria. No sé si estos pibes no le creyeron o qué, pero igual lo pasearon por los cajeros", relató la esposa de Pablo, asustada tras toparse con los familiares del detenido en la comisaría 5ª.
Para la víctima comenzaron las tres horas más largas de su vida. Primero lo hicieron conducir su auto hasta San Martín y Rueda para ir a la sucursal del Nuevo Banco de Santa Fe. El hombre de campera blanca bajó con Pablo y los dos ingresaron al cajero automático. La lógica fue demoledora. Insertaron la tarjeta y no hubo posibilidad de transacción porque no había fondos. Lejos de amilanarse con ese dato, los maleantes siguieron presionando a Pablo para que los condujera a otros cajeros. Mientras tanto, su esposa le enviaba mensajes de texto al celular que eran contestados por los ladrones. "Yo me daba cuenta que no era el vocabulario de Pablo. Entonces lo empecé a llamar, pero me cortaban", recordó la mujer.
Cerca de las 3 de la mañana, cansados de no poder conseguir dinero y con Pablo en un estado tal que ya no podía manejar, los ladrones lo abandonaron en 27 de Febrero y Paraguay y se llevaron el auto. Como pudo, el hombre llegó a su casa de barrio Azcuénaga y llamó al 911.
Persecución. Una hora más tarde, un móvil del Comando vio el Renault Laguna robado escoltado por una moto circulando por Paraguay al 3000, persiguió a sus ocupantes y detuvo a Sebastián Franco R., quien aún tenía la campera blanca que lucía al momento del hecho.
Allegados al muchacho apresado indicaron que el pibe "es un perejil, no sabe manejar y no tiene antecedentes. Acá, en ésto, hay otra gente implicada".
Cuando se produjo la detención del joven, los móviles del Comando que llegaron al lugar fueron atacados a cascotazos. "Se originó un tumulto en medio de la villa y con gente de la zona. En esas circunstancias fueron detenidas dos mujeres y a una de ellas se le incautó un llavero robado a la víctima", indicó el comisario Hernán Brest, jefe de la Agrupación Cuerpos. Las mujeres arrestadas y luego liberadas por orden del juez Correccional Juan José Alarcón fueron identificadas como Ramona R., de 51 años, y Micaela Carla M., de 18, madre y novia respectivamente del pibe detenido.