Un joven de 23 años fue baleado el sábado a la noche por dos motociclistas en un cruce del barrio Industrial, en la zona sudoeste de la ciudad. Anoche, al cierre de esta edición, el muchacho permanecía internado con pronóstico reservado estado en el Hospital Centenario.
Sobre el móvil del ataque, si bien hasta anoche no había sido establecido fehacientemente, los investigadores policiales y presumían que podría haberse tratado de una venganza. Entre otras razones, porque la víctima recibió seis balazos.
Emboscado. Fuentes policiales señalaron que el hecho ocurrió cerca de las 23 del sábado. A esa hora Pablo Ariel A. caminaba por Francia al 4800 llevando una moto Honda CG de 125 centímetros cúbicos.
Apenas el muchacho atravesó Comodoro Rivadavia fue emboscado por dos hombres que iban en una moto. Uno de ellos se bajó y fue hacia donde estaba Pablo y, al parecer sin que haya habido un diálogo previo, abrió fuego.
Seis proyectiles atravesaron el cuerpo del joven: dos tiros le perforaron el tórax, otros dos balazos impactaron en el brazo derecho, otro le atravesó el antebrazo y otro la pierna derecha.
Pablo A. quedó tendido sobre el pavimento mientras el agresor se trepó a la moto en la que lo esperaba el cómplice y en escaso segundos se esfumaron por Comodoro Rivadavia con rumbo desconocido. Unos veinte minutos después, según contó un vecino a este diario, llegó una ambulancia del Sies y trasladó a la víctima al Hospital Centenario, donde los médicos comprobaron que el tiro que recibió en la pierna derecha le había provocado la fractura de fémur.
Al oído. Javier fue uno de los vecinos que se sobresaltaron cuando escuchó las estampidas. “Cuando pasó esto mi hijo estaba en la vereda con un amigo. Lo primero que hicieron fue gritarles a los que tiraron cuando se iban por Comodoro Rivadavia al fondo. Después la gente se fue acercando y la policía llegó rápido. El muchacho quedó tirado de costado sobre el pavimento. Vi que tenía cuatro impactos de bala en el brazo, en el pecho, en la cintura y en la rodilla. Estaba ensangrentado, pero como estaba consciente le dijo a mi hijo «agarrá el celular que tengo en el bolsillo y llamá a mi mamá»”.
El hijo de Javier se contactó con la madre de Pablo y un rato después llegó la mujer con los hermanos de la víctima. “El muchacho no comentó nada acerca de lo que le había pasado. Sólo le dijo algo al oído al hermano”. Javier contó que mientras esperaban el arribo de la ambulancia del Sies su hijo le pedía que al joven herido no se durmiera. “Siempre estuvo lúcido”, recordó el vecino.
El caso ocurrió en jurisdicción de la comisaría 18ª y es investigado por el fiscal de Homicidios Florentino Malaponte. Una fuente de la pesquisa señaló que la versión de Pablo “no le pareció convincente” a los investigadores judiciales.
“Si bien el muchacho en su relato desliza la posibilidad de que le hayan intentado robar la moto, todo parece indicar que el caso puede tener dos motivaciones: una rencilla anterior en la que estuvo involucrado el joven baleado o un pelea entre bandas”, explicó el portavoz consultado.
Hasta anoche, al cierre de esta edición, los investigadores policiales no habían determinado si Pablo A. tenía antecedentes penales. A su vez, una fuente policial indicó que el joven baleado vive en el barrio Las Flores.