Lo acribillaron a tiros en medio de una discusión

Eran las 5.50 de ayer cuando once disparos sacudieron el sueño tenso de los vecinos del histórico complejo Fonavi que se erige en la zona de Rouillón y bulevar Seguí. Andrés Emilio Farías, de 26 años, y uno de sus hermanos menores, fueron atacados a balazos en el ingreso de un pasillo ubicado por Juan XXIII (Biedma) entre Rouillón y Martino (Solís). El mayor de los mencionados recibió 7 impactos de bala y en la escena del crimen se secuestraron once vainas calibre 9 milímetros. El hermano lo trató de socorrer arrastrándolo al interior del pasillo. Pero falleció en el lugar. Los vecinos indicaron que, por lo escuchado a la policía, el pibe recibió una descarga de balazos de pistola 11.25.

Andrés Emilio Farías era parte de una familia conocida en el Fonavi por el nombre de "Los cotecitos". Sobre estos muchachos, en los monoblocks se pueden escuchar diversos comentarios y así darle forma al perfil del pibe muerto. "Estos pibes son terribles y tienen a los vecinos en ascuas. No asombra a nadie como terminó este chico", indicó un vecino en las inmediaciones del lugar donde Andrés murió ejecutado.

"Este era muy buen pibe. Podía ser adicto a las drogas pero no se metía con nadie. Buen pibe. El que es terrible es el hermano menor, que es el que lo arrastró por el pasillo para tratar de salvarlo. Pero ya lo habían cocinado a tiros", indicó una doña que vive a metros de la escena del crimen. "Este era un muy buen pibe que murió porque salió a defender a su hermano. ¿Quién no haría eso?", agregó un vecino a metros del monoblocks en el que viven los Farías.

Romería de dolor. Ayer al mediodía la escalera en la que habitan los Farías era una romería de dolor. Los hermanos del muchacho se repartían entre la contención a los familiares mayores, los trámites en el Instituto Médico Legal donde se le realizó la autopsia y la llegada de sus amigos, a quienes le contaban lo ocurrido. Pero ninguno quiso dialogar con la prensa. Así, la historia de la muerte de Andrés Farías quedó supeditada a la versión oficial y los pocos datos que aportaron los vecinos.

Fuentes allegadas a la pesquisa en manos del fiscal de la Unidad de Homicidios Miguel Moreno (aunque en principio actuó su par Mariana Prunotto que trabaja en el choque de Rouillón y Virasoro, ver página 39), los hermanos Farías dialogaban en inmediaciones de su casa con dos hombres. Luego comenzó una discusión y fueron agredidos a balazos. Corrieron desde ese lugar hasta Biedma y Rouillón, unos 150 metros, donde se produjo el desenlace fatal.

Los vecinos indicaron que desconocen en qué se movilizaron los agresores. Y que sólo escucharon las detonaciones cerca de las 6 de la mañana. El fiscal Moreno comisionó a la Policía de Investigaciones a que trabajara sobre el terreno.