Un hombre de 30 años para el cual solicitaron 18 años de prisión como autor del homicidio de Brian Díaz, ocurrido en barrio Godoy en 2016, fue absuelto de culpa y cargo por el beneficio de la duda según resolvió de forma unánime el tribunal que lo juzgó durante tres días en el Centro de Justicia Penal (CJP). "Desde el minuto uno dijimos que hubo un error en la persona, y lo acreditamos", recalcó la defensa.
A no ser de que surjan nuevas pistas, la investigación que derivó en el juicio oral y público para esclarecer la muerte de Brian Díaz concluyó sin que se pueda establecer quién o quiénes lo mataron. Es que Fernando Humberto "Totín" Alfonso, un repartidor de pizzas de 29 años detenido en noviembre de 2016, fue desligado del caso por los jueces Facundo Becerra, Ramón Lanzon y María Trinidad Chiabrera.
Los magistrados entendieron que las pruebas exhibidas por la fiscal Marisol Fabbro durante el debate no fueron concluyentes para acreditar la responsabilidad de Alfonso en el hecho caratulado como homicidio agravado por el uso de arma de fuego y portación ilegal de misma. Para la defensa, encabezada por Ignacio Carbone, desde un primer momento se cometió un error al identificar a su cliente como autor del crimen.
El 1º de junio de 2016 cerca de las 20.45 Díaz estaba en Deán Funes y Méndez con Gisela A. y Horacio N. cuando un Renault Megane verde se detuvo a pocos metros. El acompañante bajó del auto, se acercó a él y sin decir nada le disparó tres balazos calibre 9 milímetros. La víctima sufrió heridas graves en el torso y el abdomen y falleció en el hospital.
La investigación quedó en manos de la fiscal Fabbro, que en base a testimonios y datos sobre viejas rencillas entre "Totín" y Díaz, construyó la hipótesis acusatoria y ordenó la detención de Alfonso, que se concretó en noviembre de 2016 en Blumberg y Palestina, en barrio Santa Lucía.Pero en el debate no se pudo acreditar con claridad el señalamiento contra el acusado.
Uno de los testimonios más relevantes brindado en las audiencias fue de la madre de la víctima. Sandra Patricia Benítez alcanzó a escuchar cómo su hijo la llamaba agonizante. " Escuché dos o tres tiros, unos ladridos de perro y que él decía «mamá», «mamá»", narró la mujer. Si bien dijo que su hijo fue asesinado por un viejo conflicto barrial y recordó varias peleas con "Totín", no pudo identificarlo como el homicida.
Lo concreto es que una sola testigo, Gisela A., habría señalado a Alfonso, pero sin claridad. En tanto la defensa acreditó que el día y hora del hecho, "Totín" estaba jugando al fútbol con amigos.
Finalmente y ante las dudas planteadas, el Tribunal decidió absolverlo de culpa y cargo y otorgarle la libertad ya que Alfonso transitaba un arresto domiciliario con salidas laborales como medida cautelar.
"Siempre dijimos que la Fiscalía no iba a poder probar el hecho ni la responsabilidad de mi cliente. Hubo un error en la persona por una investigación deficiente, y lo acreditamos. La única evidencia era una testigo que había visto a alguien de cierta contextura física, pero no identificó al acusado", destacó Carbone.
El profesional analizó un aspecto clave que salió a la luz en el debate. "Acreditamos que Alfonso no estaba en el lugar del hecho sino jugando al fútbol con amigos, tal como lo declaró él y los testigos lo acreditaron". Y remarcó que la Fiscalía "incluso emitió una orden de detención con un nombre y apellido que no eran de mi cliente".