Una mujer a los gritos y pidiendo ayuda despertó a los vecinos de España al 2300, entre La Paz y Viamonte, ayer cerca de las 6 de la mañana. Minutos antes habían entrado a su casa tres sujetos armados que luego de reducir a la familia le robaron unos 40 mil pesos, electrodomésticos y un celular. El robo de ese teléfono derivó la pesquisa a un conocido supermercado de Echesortu, ya que el aparato tenía incorporado un GPS que se activó en el estacionamiento del local comercial.
Los tres delincuentes lograron ingresar a la casa cuando Andrea, quien vive allí juntó a su marido Andrés y dos pequeños hijos, se disponía a ir a su empleo. "Cuando estaba saliendo paró un auto con tres individuos armados. Se bajaron y se vinieron encima corriendo. Traté de cerrar la puerta, pero uno metió el pie y la trabó. Así se metieron en casa. Los chicos estaban durmiendo, les pedí que no los despertaran. Me llevaron a la habitación con los chicos, me dijeron que iba a estar todo bien y nos taparon", contó Andrea.
Con la situación perfectamente controlada, los ladrones se movieron con cierto orden y no maltrataron a la familia. Simplemente les repetían constantemente que buscaban "la plata que había en la casa". Y que tenían el dato certero de la existencia de dinero. "Los ladrones llevaron a mi marido hacia otra habitación. El les dio toda la plata que teníamos, lo ataron y se fueron", dijo la mujer. Y agregó que "también pidieron las llaves del auto para que no los sigamos, pero no se lo llevaron".
Mientras estaban dentro de la casa, los ladrones "estaban tranquilos y seguros", dijo uno de los integrantes de la familia. Una vez logrado el botín, los hombres huyeron en un Fiat Siena azul, según señalaron vecinos del barrio.
En el súper. Minutos después de que los malvivientes huyeran, la familia se liberó y Andrea salió desesperada a la calle a gritar, casi como un desahogo. Luego llegó su padre, que vive a pocas cuadras, y trascartón los móviles policiales. Andrea contó que su celular cuenta con un dispositivo de rastreo satelital que, según dijo, marcó que el aparato estaba en la cochera del supermercado Coto de Alsina y Mendoza.
La mujer logró ese dato al prender otro celular que los ladrones no se habían llevado y el caso tuvo así una derivación inesperada. En menos de cinco minutos llegaron a la esquina de Mendoza y Alsina móviles policiales y de Gendarmería Nacional, lo que conmocionó a Echesortu.
Los efectivos, que se movieron bajo órdenes de la fiscal de flagrancia Raquel Almada, revisaron primero el estacionamiento del supermercado y luego requisaron a empleados y las áreas de panadería y carnicería, que son las primeras en ingresar al comercio.
Luego preguntaron a los empleados que habían entrado a esa hora, 7 de la mañana, si habían observado un movimiento extraño o habrían visto gente desconocida en el lugar. Pero tras cuatro horas de búsqueda el aparato no fue hallado.
"Primero trascendió que el celular podría estar en manos de un cajero del súper, pero era una versión falsa. Se comprobó que ningún empleado de la empresa estuvo comprometido con el robo ni con la tenencia del aparato", aseguraron fuentes de la fiscalía.
A última hora de la tarde la pista del celular se habían desvanecido y los efectivos de la seccional 5ª se abocaban a investigar el robo.